ciencia
Develaron información clave sobre la alimentación de las ballenas de Península Valdés
El trabajo fue llevado adelante por integrantes del Conicet. Descubrieron que estos cetáceos pueden bucear a más de 100 metros de profundidad en busca de alimento de alta calidad.
Un grupo de especialistas del Conicet procedió a estudiar con más puntualidad todo el proceso de la alimentación de las ballenas franca austral, que se encuentran en Península Valdés. De esta forma, el objetivo es tener una gestión más precisa y efectiva de las áreas marinas protegidas, así como el desarrollo de políticas de conservación que consideren la salud del ecosistema en general. De esta manera, pudieron confirmar que estos animales, en conjunto con sus crías, pueden llegar a descender hasta más de 100 metros de profundidad en pos de contar con una alimentación de mejor calidad.
“Hasta el momento, a través de investigaciones previas, sabíamos que las ballenas francas australes en Península Valdés se alimentaban por filtración superficial y subsuperficial, a menos de 10 metros de profundidad, de zooplancton, principalmente de copépodos calanoideos. Sin embargo, durante los muestreos observábamos también que individuos juveniles o hembras adultas realizaban buceos prolongados, con un tiempo máximo registrado de 24 minutos en una hembra adulta, y al emerger tenían lodo en la cabeza, lo cual también fue observado por capitanes y guías de avistaje que nos contaban sobre este comportamiento”, detalló Valeria D´Agostino, primera autora del estudio publicado en revistas científicas. “Por lo que estos registros sugerían que las ballenas podrían estar alimentándose mediante buceo cerca del fondo, algo similar a lo que se ha documentado en la ballena franca del norte”, precisó.
En la investigación, los especialistas muestrearon a tres individuos juveniles y siete hembras adultas, es decir, pares madre-cría. Si bien una hembra y un juvenil permanecieron en la superficie, el resto de los individuos bucearon a profundidades de entre 75 y 115 metros. Además, en tres de los siete pares madre-cría monitoreados, observaron a las crías nadando junto a sus madres cerca del fondo, alcanzando profundidades de entre 73 y 100 metros. “Este estudio pone de manifiesto la importancia de Península Valdés como un área de usos múltiples para la ballena franca austral, y no solo como un área de cría y reproducción, como se conoce mundialmente”, concluyeron los expertos.