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El Conicet sigue innovando en el mundo de la ganadería

Especialistas buscan suplantar la harina de soja por la harina de insectos, apuntando a nuevas opciones de engorde de bajo costo.

Investigadores del Conicet del Instituto de Investigaciones Forestales y Agropecuarias de Bariloche se encuentran llevando adelante un proyecto que tiene como objetivo generar nuevas opciones de engorde de bajo costo en el ámbito de la ganadería, puntualmente en los corderos. De esta manera, buscan llegar a lo recién mencionado suplantando la harina de soja por la harina de insectos. La ración alimentaria es a base de insectos Hermetia illucens, que son conocidos como “Mosca Soldado Negro”, cuya larva tiene un alto contenido proteico y puede transformar residuos orgánicos en proteínas de alta calidad.

“Buscamos un insecto que podría utilizarse en forma masiva y nos vinculamos con Procens Tecnología Natural, una empresa que produce harina de insectos en el país. Somos el primer grupo que trabaja en este tema con rumiantes menores en el país. Los otros están en Australia y Reino Unido, muchos trabajan in vitro o in vivo; es algo que empezó en 2012. Hay investigaciones en animales monogástricos como peces, aves y cerdos, en animales domésticos y rumiantes aún no había. Puede ser un boom”, explicó la investigadora del Conicet, Valeria Fernández Ahrex. En lo que refiere a los ensayos, los integrantes del equipo a cargo mencionaron que hay otros objetivos, además del principal que es introducir alimentos de la mejor calidad en los rumiantes para la producción con el menor costo posible, haciendo que los productores puedan mejorar su sistema de producción de manera eficiente y sustentable. Vale remarcar, que los alimentos tradicionales, como la soja y el maíz, son más caros y tienen una huella ecológica muy alta no sólo por cómo se producen sino también por su transporte.

Otro dato no menor dentro de este proyecto, es que se asegura que los alimentos producidos con insectos contribuyen a la economía circular, ya que los desechos pueden ser reutilizables para su producción, potenciando la generación de harina como elemento clave. “Hacemos esta primera experiencia con pruebas en distintos tipos de animales y de alimentos. Senasa está trabajando en su regulación ya que todavía el uso de insectos para consumo animal no está regulado en Argentina”, advirtieron los especialistas de igual forma.

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