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El encanto feroz de una actriz

Joséphine Charlotte Bonvalet brilló en los escenarios haciendo tanto comedias como tragedias. Fue musa de cuadros célebres y personaje de muchas andanzas.

sposa de Aurelien Lugné Poe, director del teatro L´Euvre, se reveló en Poil de Carotte y confirmó su éxito interpretando el papel de Gervaise. En 1900 ingresó en el Teatro Francais, fracasó en Fedra y volvió a L´Euvre, donde halló en el repertorio vanguardista de este teatro una enorme variedad de papeles, que la gran flexibilidad de su talento le permitió abordar majestuosamente. En ese sentido, interpretó personajes tan diversos como Ofelia, Nora, Electra y varias heroínas de Ibsen. No consiguió fama ni fortuna, pero fue muy valorada por la inteligencia y sensibilidad que demostraba cada vez que se subía a un escenario.

Había nacido en la ciudad francesa de Verdun en 1875 como Joséphine Charlotte Bonvalet, hija de un mecánico de los ferrocarriles. Estudió en el Conservatorio de París, donde en 1897 obtuvo su primer premio en la categoría comedia y posteriormente, en la categoría tragedia. Cuando se casó con Lugné-Poe, hicieron grandes obras.

Antes, en 1902, debutó en el majestuoso Teatro Français con una clásica tragedia de Racine. Allí dejó a todos con la boca abierta. Entre los espectadores estaba el pintor Édouard Vuillard, quien al terminar la obra aplaudió con entusiasmo. Para esa noche de 1902, Vuillard tenía 34 años y estaba en un gran momento de su carrera. Ya había estudiado en la Escuela de Bellas Artes y en el taller de Diogène Maillart. Ya había formado parte de los Nabis junto a artistas como Félix Vallotton y Pierre Bonnard. Ya había viajado por toda Europa. En 1901 había expuesto sus obras por primera vez el Salón de los Independientes. Ahora se dedicaba a pintar por encargos, en obras en las que representaba principalmente interiores. Pero fue después de aquella noche en que la actriz se subió al escenario del Théâtre Français, con la obra Fedra, que el pintor se dio cuenta de que debía retratarla en una de sus pinturas. Pasarían algunos años para que eso ocurriera. Fue, finalmente, en 1908. Un óleo sobre cartón. Lo tituló Retrato de la actriz Suzanne Desprès. Hoy está en el Musée des Beaux-Arts de Caen en Francia.

Cuando la actriz murió -el 29 de junio de 1951-, el escritor francés Albert Dubeux publicó un texto en la Revue des Deux Mondes: “No era hermosa, en el sentido que generalmente se le da a esta palabra: frente redondeada, facciones severas, un rostro esculpido con dureza donde rara vez aparecía la sonrisa. Pero los ojos grandes y claros, atraídos hacia las sienes, y la voz le daban un encanto casi feroz que jamás le conocí a nadie más”.

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