cultura
El escritor más joven en ganar el Premio Nobel
Albert Camus tenía 44 años cuando se le concedió el más alto galardón literario a nivel mundial. Se enfrentó a todos los totalitarismos.
"Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé”, así comienza El extranjero, una de las novelas más importantes del siglo XX, escrita en los años en que Francia estuvo ocupada por los nazis. Su autor: Albert Camus. El personaje de ese libro es condenado a muerte por un crimen absurdo, sentencia que acepta con indiferencia porque siente que la vida no vale la pena de ser vivida: “En el fondo, no ignoraba que morir a los treinta años o a los setenta importa poco. Desde que uno debe morir, es evidente que no importa cómo ni cuándo”. Mucho de ese desencanto radical está presente en la obra de este escritor a quien en 1957 se le concedió el Premio Nobel de Literatura, cuando tenía 44 años de edad.
Nació en Argelia el 7 de noviembre de 1913. Su madre, Catalina Elena Sintes, era una mujer española, sorda y analfabeta que se ganaba la vida haciendo servicio doméstico. Su padre, Lucien Camus, era un trabajador agrario que murió en la Primera Guerra Mundial, peleando para Francia. Gracias a una beca que recibían los hijos de las víctimas de la guerra, pudo comenzar a estudiar. Comenzó a familiarizarse con los libros –de los que careció por completo su infancia- y recibió el estímulo de algunos profesores, entre ellos, Louis Germain, a quien dedicaría su discurso al ganar el Premio Nobel de Literatura en 1954. Albert Camus llegó a París a los 27 años, tres años antes había publicado el ensayo El revés y el derecho. En ese libro sostiene que el ser humano no puede tener otra certeza que la muerte, la existencia de Dios es irrelevante comparada con “el cabello de una mujer” , y la convicción de que el ser humano es intrascendente frente al cosmos, a su destino y a la historia.
En París se integra al círculo existencialista en cuyo centro estaba Jean-Paul Sartre, con quien años después protagonizaría una de las polémicas más fuertes y ricas de la centuria. Su lema como era escritor era que la literatura “no es servir a los que hacen la historia, sino a los que la sufren”. Camus colaboró en el diario de la resistencia francesa, “Combat”, que sería reconocido por Charles De Gaulle como ejemplo de periodismo “insobornable”.
Acabada la Segunda Guerra Mundial publica La peste, una novela que es una alegoría sobre lo vivido durante el nazismo, y que sería llevada al cine por un director argentino, Luis Puenzo, con un elenco que incluye a William Hurt, Robert Duvall y China Zorrilla.
Ejerció durante muchos años el periodismo y lo entendía como un oficio que consiste en definirse todos los días frente a la actualidad. Acuñó una frase que se repite en todas las Facultades de Periodismo del Mundo: “El periodista es el historiador del instante”.
Solía tener razón antes de tiempo, lo que se suele confundir con estar equivocado. En su discurso de recepción del Nobel, dijo: “Cada generación, sin duda, se cree destinada a rehacer el mundo. La mía sabe, sin embargo, que no lo rehará. Pero su tarea quizá sea aún más grande. Consiste en impedir que el mundo se deshaga. Heredera de una historia corrompida, en la que se mezclan las revoluciones frustradas, las técnicas enloquecidas, los dioses muertos y las ideologías extenuadas; cuando poderes mediocres pueden destruirlo todo, pero ya no saben convencer; cuando la inteligencia se ha rebajado hasta convertirse en criada del odio y la opresión, esta generación ha tenido, en sí misma y alrededor de sí misma, que restaurar, a partir de sus negaciones, un poco de lo que hace digno el vivir y el morir.”
El 4 de enero de 1960, Albert Camus murió en un accidente de tránsito, cerca de Villeblevin, un pueblo de la Borgoña. Viajaba junto a su editor, Gallimard, en un auto que chocó contra un árbol. Tenía 46 años. Junto a su cuerpo se encontró el original de El primer hombre, la novela que no alcanzó a terminar, y que recién se publicaría 33 años después de su muerte.