El estigma del peso y la gordofobia

“Hay una idea muy fuerte abonada desde varios frentes sobre cómo deberían ser los cuerpos. Parte de una mirada binaria sobre lo que es socialmente aceptado y lo que no”, dijo Francisco Altamiranda, periodista y activista, en diálogo con diario Hoy.

Los expertos que han analizado el fenómeno señalan que la sociedad en la que vivimos enseña que lo valioso y saludable es lo ágil, lo rápido, lo dinámico. Por lo tanto, todo lo que se asocia a lento, pesado y voluminoso es percibido como inferior. Y esto explica el acoso social que sufren las personas con sobrepeso, quienes no siguen ese ideal de delgadez que promueve la sociedad contemporánea.

Diario Hoy dialogó sobre el tema con Francisco Altamiranda, un periodista de 34 años que trabaja en una radio comunitaria, quien también es artista (músico y poeta) y nunca pierde oportunidad para militar contra este estigma.

—¿Por qué pensás que existe la gordofobia?

—Hay una idea muy fuerte abonada desde varios frentes sobre cómo deberían ser los cuerpos. Parte de una mirada binaria sobre lo que es socialmente aceptado y lo que no; un modelo a seguir basado en la aspiración a la delgadez y el rechazo hacia lo otro, que es más amplio que la gordura, pero sin dudas la incluye. El sistema tiene un montón de “soluciones” para esos cuerpos que están lejos de la norma. No importa si el problema está sólo en la cabeza (y por ende la mirada) del otro; ellos igual van a bombardearnos con publicidades que refuerzan la fantasía de una figura soñada por la cual deberíamos sacrificarnos y desvelarnos. Opiniones no solicitadas sobre nuestros cuerpos; discursos que dan por supuesto que somos enfermos, infelices, sucios y/o vagos; fórmulas mágicas para bajar de peso; dietas tortuosas; y palabritas de conmiseración que nunca pedimos ni necesitamos, pero que igual te las dicen porque hay algo en el cuerpo gordo que les hace sentirse habilitados para sermonearte sobre cómo deberías ser. Siento que el común denominador de la gente realmente le teme a la idea de tener un cuerpo gordo. La pesadilla de ellos es vivir un solo día en un cuerpo como el mío.

—¿Te sentiste alguna vez discriminado por ser gordo?

—Toda la vida y en todos los espacios sociales que transité. En la casa de mi familia, en el barrio, en la escuela, en el trabajo, en cualquier consulta médica y hasta en los espacios públicos; especialmente en redes sociales, donde mucha gente puede agredirte gratuitamente o compartir memes hirientes al respecto. Ningún medio social está exento de la mirada antigorde.

—Vos sos artista. ¿Te sentiste discriminado alguna vez dentro de ese círculo?

—De todos los espacios contaminados de gordofobia o gordo-odio, me atrevo a decir que los círculos artísticos son los más depurados de este mal. En la música y la poesía subterráneas hallé un poco de aire para respirar que no encontré en otro lado, aunque nunca falta el comentario desubicado que puede herirte.

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