El importante aporte de los kinesiólogos en la lucha contra el coronavirus

Diario Hoy dialogó con el licenciado en Kinesiología y Fisioterapia Pablo Dolce sobre la actividad que desarrollan frente a la pandemia.

En la década del 50, la poliomielitis se cobró millones de víctimas en todo el mundo. Esto provocó, a la vez, afecciones respiratorias de riesgo que abrieron las puertas para que los kinesiólogos se sumaran al desafío de responder ante las necesidades de la sociedad. Hoy en día, a siete décadas de la pandemia de la polio, el trabajo de estos profesionales vuelve a reivindicarse frente al coronavirus, pese al desconocimiento popular.

Para hacer frente a la situación epidemiológica, el gobierno bonaerense incorporó 200 kinesiólogos, lo que representa una convocatoria histórica que solo se había dado con la polio. En diálogo con diario Hoy, Pablo Dolce, licenciado en Kinesiología y Fisioterapia, y delegado de la regional 1 del Colegio de Kinesiólogos de la Provincia de Buenos Aires, explicó: “Estas situaciones siempre generan cambios. Primero, porque la profesión se hace mucho más conocida y segundo, porque hay muchas más personas y profesionales interesados en estas temáticas, lo que va a hacer crecer la disciplina”.

“En este momento, lo más complicado es el aislamiento, el equipo de protección personal. En algunos lugares te tenés que poner el equipo cuando entrás y no te lo podés sacar hasta que finaliza el turno. No podés ni ir al baño porque contaminás todo”, agregó.

Además, destacó la incomodidad de trabajar con el equipo de protección actual: “Pasás de usar un camisolín común, barbijo y unas gafas a un barbijo N 95, un camisolín hemorrepelente, guantes, gafas y máscara”.
Dolce, quien además es kinesiólogo de planta en el Hospital Sor María Ludovica, aseguró: “Lo complicado es contagiarse uno y contagiar a todos los demás, tanto a compañeros de trabajo como a la familia, por eso cuando llegás a tu casa tenés que tener ciertos cuidados”.

Campos de acción

El kinesiólogo tiene dos grandes campos de acción en relación a un paciente en terapia intensiva: la parte respiratoria y la motora.

“La primera tiene que ver con el cleaning (limpieza) de la vía aérea y consiste, básicamente, en despejar la vía de moco. También tiene que ver con la monitorización del respirador y de los parámetros respiratorios”, explicó Dolce. Agregó: “Cuando el paciente está completamente sedado, el respirador tiene que controlar parámetros como la frecuencia respiratoria, el volumen que le va a entrar al paciente y la presión que tiene que tener”.

Luego de este proceso llega el destete, o sea, desvincular el respirador del paciente. Al quitarlo, se retira la “sedación y la analgesia, lo que puede generar que algunos pacientes despierten mal, con irritabilidad y alteración de conducta”, señaló el kinesiólogo.

En relación a la parte motora, cabe destacar que los pacientes se encuentran inconscientes y sin capacidad para moverse, lo que provoca que “los músculos se contracturen, las articulaciones comiencen a perder movilidad o que aparezcan escaras en la piel si la persona está mucho tiempo boca arriba, entonces hay que tener todos los cuidados posturales para que el paciente no se lastime”, afirmó Dolce.

Si bien ante una emergencia debe tratarse primero lo respiratorio, el profesional remarcó que con una cantidad de kinesiólogos adecuada, debería trabajarse desde el minuto cero para que evitar que “el paciente pierda la movilidad”.

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