El Obelisco porteño, un monumento de la Década Infame

El Obelisco de la ciudad de Buenos Aires fue construido en 60 días. Su armazón fue de cemento y fierro. Así ironizó la revista Caras y caretas tras su inauguración: “Qué mejor en estos momentos actuales que erigir en la Plaza de la República un obelisco falluto, cuya piedra no tenga otro fin que el de ocultar el armazón. Es lo que corresponde. Es la alegoría del momento. No olvide que nuestra democracia actualmente es algo parecido”. Al poco tiempo comenzaron a caerse las piedras y tuvieron que ser reemplazadas por cemento texturado.

La palabra obelisco deriva del latín y significa “pilar muy alto, de cuatro caras iguales y terminado por una punta piramidal muy achatada, que sirve de adorno en lugares públicos”. El Obelisco, erigido en el cruce de las avenidas 9 de Julio y Corrientes, fue construido en 1936, durante el gobierno del militar Agustín Pedro Justo, a fin de festejar el cuadrigentésimo aniversario de la fundación de la ciudad de Buenos Aires. Su diseño se debe al arquitecto tucumano Alberto Prebisch, el mismo que construyó el Mercado de Abasto, el teatro Gran Rex y dos propiedades encargadas por Victoria Ocampo.