El pan dulce: una tradición que se actualiza y nunca muere

Proveniente de inmigrantes italianos que llegaron a nuestro país y trajeron la receta del panettone, desde hace mucho tiempo es una tradición en la mesa navideña

Se acerca la Nochebuena y es imposible no contar en la mesa de cosas ricas con el pan dulce o también llamado panettone, ya que sus orígenes provienen de los inmigrantes milaneses. Esta tradición que fue importada desde Europa y que se incorporó a nuestro país como un legado que continúa a pesar de los años, se va actualizando con creativas recetas de los panaderos que honrar la profesión y realizan panificados exquisitos.

Pero para saber qué característica debe tener un rico pan dulce, Raúl, un cocinero de Barrio Norte que tiene su panadería junto a Estela sobre avenida 38 y 11, contó sus experiencias a diario Hoy.

“El pan dulce viene de panettone, lo que pasa que después se usaron los moldes por protección. Y es un poco más elevado porque las harinas de acá son distintas a las de afuera. La diferencia es que el panettone es un pan redondo y está suelto sin molde. Se hace con una temperatura que es la que tenemos en la panadería de 30 grados. Lo hacemos más o menos a las 9 y a las 13 o 14 ya están listos para hornear. Le puse poca levadura para que tenga un buen leudado y que la masa me responda de la mejor manera”, explicó detalladamente Raúl.

En cuanto a la consulta de cómo hacer un rico pan dulce y cuál sería su secreto dijo: “No hay. Si mucho amor, paciencia, responsabilidad, buena materia prima y eso hace que hagas un buen pan dulce, secretos ninguno. No, va a en el gusto, el sabor lo tiene la masa para mí. Y después ahí buscas la construcción de lo que querés comer. Podes variar con frutas secas, con chocolate, frutas secas y abrillantadas, pasas de uva, todas las frutas juntas”.

Las variedades de este panificado son muchas pero a pesar de que pasan los años, la tradición continúa, comentaba al respecto Raúl. “Nosotros hemos hecho de dulce de leche, con mantecol, pero todos en base a que les gusten a los adultos, jóvenes y chicos. A nosotros nos educaron de una manera y hace que llevemos esto como una tradición. Y los cocineros de hoy buscan algo diferente. Trato de que el oficio no muera. Estoy intentado que sea algo que se vaya convirtiendo en un legado adecuado a las generaciones que vayan viniendo, sin dejar de ser el pan dulce, con ese aroma que le da la esencia. Antes por ejemplo se usaba el agua de azahar, hoy se usa la esencia de pan dulce, es el perfume del pan dulce”, finalizó Raúl.

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