cultura

El tranvía que cayó al Riachuelo

En la década del 30 un accidente conmocionó a la opinión pública: un transporte público lleno de trabajadores se desbarrancó en el río.

El sábado 12 de julio de 1930 había comenzado lluvioso. Manuel José Rodriguez, un español de 58 años, se levantó a la madrugada y como todos los días fue a su trabajo de encargado de maniobras del puente levadizo que, la Compañía de Tranvías Eléctricos del Sur, había tendido sobre el Riachuelo. Llegó a las 6 en punto, la niebla aún no se había disipado. Estando en su garita, recibió una señal de una chata petrolera reclamándole paso. Encendió las luces de peligro para evitar el paso de algún tranvía. Luego, comenzó a elevar el puente. Sintió un ruido, alzó la vista y un sudor frío comenzó a correrle ante lo inevitable. El tranvía 105 llegó hasta el puente muy rápido, sin tiempo para frenar, y cayó al vacío, hundiéndose en el río.

El relato del guardapuentes sería recogido esa misma tarde por el diario Crítica, donde en gruesa tipografía se informó: “Un tranvía cayó al Riachuelo. Hay 80 muertos”. Solo hubo cuatro sobrevivientes. El conductor del tranvía -que unía Lanús con Constitución-, era un italiano de 31 años, Juan Vescio.

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