En el pico de la pandemia, crecen las quejas por las demoras y la mala atención en ABSA y Banco Provincia

Cajeros sin plata, personal aislado y largas colas provocaron quejas y bronca en las sedes de calle 6 y otras sucursales del Banco Provincia. En Aguas Bonaerenses, en tanto, los usuarios llegan resignados a hacer sus trámites.

En plena segunda ola de contagios de coronovirus, mientras se recomienda evitar salir de los hogares y se restringe la circulación y el transporte público para personal esencial, la atención al público en empresas de servicios y entidades bancarias despertó nuevamente bronca y malestar entre clientes y usuarios.

Este martes, por ejemplo, se registró una importante cola de más de setenta metros sobre calle 6 entre 46 y 47, donde varios clientes y habituales usuarios de los cajeros de la casa matriz del Banco Provincia tuvieron que hacer interminables filas para ser atendidos.

La escena se repitió en la calle La Merced, en la sucursal de Ensenada, y también en avenida 44 entre 27 y 28, donde funciona otra sede de este banco.

Diario Hoy logró ingresar a la entidad bancaria, y según afirmaron dos empleados distintos (uno del área de Contaduría en el primer piso y otro de Atención a Clientes en el sector de caja) hay temor y preocupación en el personal, ya que hay varias personas que no están yendo a trabajar por estar aisladas. “En planta baja tenemos cinco personas menos”, admitió una de las cajeras, que reclamó reserva de identidad para evitar posibles represalias internas.

La falta de personal, ya sea porque se encuentran aislados o porque no están concurriendo por ser considerados de “riesgo”-por ejemplo en el sector de cajas-, repercute de forma directa en las demoras que se ocasionan en la atención, que ya se pusieron de manifiesto al comienzo del mes de abril, luego de Semana Santa, cuando el horario de atención volvió a ser de 10 a 15.

Los resignados de ABSA

Sobre calle 7, entre 57 y 58, la escena con los vecinos que fueron a reclamar a la sede central de ABSA no fue muy diferente a la que se observó, en plena segunda ola de contagios de coronavirus, en la puerta de la casa matriz del Banco Provincia.

Si bien no había tanta gente esperando en la vereda como la semana pasada, frentistas de La Plata, Berisso y Ensenada llegaban resignados por el mal servicio que la empresa sigue prestando y por el cual tiene la concesión por parte del Estado en toda la región.

“Hoy me recibieron. Pero ya es moneda común. En todos los barrios de la ciudad y de la región es un desastre como están los caños y cómo sale el agua”, explicó una de las personas que fue entrevistada por diario Hoy al salir de la sede en calle 7.

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