¿En qué consiste la alimentación flexitariana?
Ni carnívoros ni vegetarianos, los flexitarianos van ganando terreno. Actualmente, el 9% de los argentinos, lo que equivale a cuatro millones de personas, basa su alimentación en plantas.
En tiempos de un virus pandémico que pasó de los animales a los humanos, repensar la alimentación no es poca cosa. Según datos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), el 30% de los consumidores está reduciendo la proporción de carnes en la alimentación, un cambio que abre el camino al flexitarianismo. Pero, ¿en qué consiste esto?
“Una persona que hace un patrón alimentario flexitariano es aquel que la mayoría del tiempo come de manera vegetariana pero cede, por ejemplo, frente a cuestiones sociales como reuniones. Es decir, eventualmente flexibiliza su alimentación”, explicó a diario Hoy Marcela Manuzza, directora de Posgrado en Nutrición Vegetariana y Vegana de la Facultad de Medicina de la UBA y presidente de la Sociedad Argentina de Medicina de Estilo de Vida (SAMEV).
Para Eugenio “Toto” Viviani Rossi, médico especialista universitario en Nutrición y codirector del Posgrado de Nutrición Vegetariana y Vegana de la UNLP, “hay dos grandes grupos de flexitarianos: aquellos que saben que lo son, que tienen una alimentación vegetariana y, de vez en cuando, comen carne; y los flexitarianos que no saben que lo son, como muchos adultos mayores o muchos grupos con carencias económicas, que comen muy poca cantidad de carne”.
El término flexitariano también designa a aquellos que transitan de la alimentación omnívora a la vegetariana. En ese tránsito, llevan adelante una alimentación flexitariana y avanzan, finalmente, hacia una alimentación vegetariana o vegana.
Entre las principales causas de la reducción de la proporción de carne en la alimentación, los especialistas coinciden en cuatro aspectos. En primer lugar, optar por una alimentario basada en plantas tiene que ver con una decisión ética y de respeto hacia los animales. Otra de las razones pasa por una cuestión ambientalista: se sabe que la producción ganadera es una de las actividades que más contamina el medio ambiente. Por otra parte, también entran en juego razones de salud: “La OMS declaró a las carnes procesadas, es decir, fiambres, salchichas, hamburguesas comerciales, como cancerígenos tipo 1, lo que significa que tienen evidencia contundente para asociarlos con determinados tipos de cáncer, principalmente cáncer de colon”, puntualizó Manuzza. Por último, hay un gran grupo que se ve condicionado por la situación económica: debido a que tienen pocos ingresos, basan su alimentación en hidratos de carbono.
Los desafíos de una alimentación basada en plantas
“Es bastante sencillo y económico llevar hoy adelante una alimentación basada en plantas. Principalmente porque este tipo de patrón alimentario incluye frutas, verduras, cereales, legumbres, semillas y oleaginosas como nueces, almendras, maní. También semillas más pequeñas como chía y lino. Esto existe hace mucho y actualmente, a través de las dietéticas, o incluso en mercados grandes, se consiguen sin problemas”, aseguró Viviani Rossi.
“El mayor desafío pasa por lo social. Al ir a comer afuera, uno nota que hay muchos lugares que no tienen idea de lo que es un plato vegano o vegetariano. En muchos casos, lo único que ofrecen es una ensalada, lo que es muy limitado”, señaló Manuzza.
“Antes de iniciarse en el vegetarianismo, es importante consultar a un médico y/o nutricionista especializado en el tema”, sostuvo Viviani Rossi, quien agregó: “Recomiendo que se informen, formen bases sólidas, y que a partir de ahí puedan seguir con el objetivo que los llevó a hacerse veganos o vegetarianos”.