En su cumpleaños, sigue la cadena de Justina

Fue el deseo de la nena antes de fallecer a la espera de un corazón: que la gente se inscriba en el Incucai para donar órganos y salvar vidas

Los papás de Justina lo Cane están tristes, pero también orgullosos. A pesar del dolor por la pérdida de su hija, que falleció el 22 de noviembre, van a intentar llevar a cabo su deseo en el día de su cumpleaños: que hombres y mujeres de todas las edades se registren como donantes en el Incucai e inviten a otras siete personas a que sigan sus pasos.

Justina esperó cuatro meses un corazón que nunca llegó, mientras estaba internada en la Fundación Favaloro, e inició una campaña que se llamó “Multiplicate por 7”, cuyo objetivo era concientizar sobre la importancia de la donación de órganos. El número 7 fue elegido a raíz de que el ser humano es capaz de ayudar a esa cantidad de personas, según los órganos que posee. 

“La Leona”, como la llamaban en su casa, sufría una cardiopatía severa que le habían descubierto cuando tenía un año y medio, y que fue controlada durante once años con medicación. Pero en julio su salud se deterioró notablemente e ingresó a la lista de espera del Incucai. En septiembre fue conectada a un soporte cardía­co y respiratorio, falleciendo en la mañana del 22 de noviembre. 

Sus papás, Ezequiel y Paola, quieren cumplir con lo que ella pidió estando internada: “Ayudemos a todos los que podamos”. Por eso, en un día tan sentido, en su nombre piden que la gente se inscriba en el Incucai. 

En la Provincia de Buenos Aires, 3.249 personas esperan un trasplante, según datos que se actualizan constantemente desde el Cucaiba; y 150 personas manifestaron su voluntad explícita de configurarse como donantes durante 2017. 

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