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Escapadas y turismo rural, una tendencia que crece junto a la segunda ola de Covid-19
A partir de la llegada del coronavirus al país, los turistas bonaerenses se fueron volcando hacia las salidas breves y destinos fuera de lo convencional.
Con la aparición de la pandemia, el turismo sufrió uno de los peores años de su historia: las pérdidas millonarias afectaron a un sector fundamental para la economía nacional e internacional.
Hoy, en medio de una segunda ola que atenta contra los sistemas de salud de diferentes regiones del país, los prestadores turísticos deben adaptarse a un nuevo tipo de viajero, con costumbres y preferencias acordes a la situación sanitaria.
Para entender un poco más sobre las nuevas tendencias de los argentinos, un grupo de profesionales del sector realizó un estudio exploratorio centrado en la demanda de turismo rural bonaerense, que por sus características, se posiciona como la jurisdicción con mayores flujos turísticos a nivel nacional.
En diálogo con Hoy, Fabrizio Scalfino, licenciado en Turismo y Hotelería e integrante del espacio Usina Turística, destacó las principales conclusiones del trabajo. “Ocho de cada diez personas dicen que para ellos Buenos Aires es playa y mar. Es decir que la presencia del producto turístico de la Costa Atlántica bonaerense tiene una tendencia muy marcada. Pero la segunda opción, con cuatro de cada diez respuestas, tiene como protagonistas a los pueblos rurales, superando incluso a las sierras”.
“Lo que podemos decir es que el concepto del destino rural típico, con su estación, sus casitas, sus calles de tierra y con toda esa tradición rural alrededor de un pueblo, es el segundo producto turístico que más identifica la gente en relación a la provincia de Buenos Aires”, agregó el especialista.
Indagando acerca de la época más propicia para realizar viajes dentro del territorio bonaerense, el equipo de Usina Turística destacó cierta paridad entre tres opciones: las escapadas de fin de semana (31.9%), las escapadas de fin de semana largo (28.9%) y las vacaciones de verano (27.6%), dejando muy por detrás a las vacaciones de invierno entre las preferencias.
A partir de estas respuestas, se desprende una gran predilección por las salidas espontáneas. En este sentido, Scalfino destacó: “No requiere mucha planificación, por lo cual es claramente un beneficio. El 50% indica que le permite descansar durante el año, por fuera de las vacaciones de verano, lo cual también sirve como una escapada mental y de relajación”.
Además, el 46% de los encuestados sostuvo que este tipo de salidas les permite conocer lugares distintos a los que hubieran viajado durante las vacaciones convencionales. “Esto indica que la escapada permite dar a conocer destinos turísticos más emergentes, que quizás no tienen la capacidad de atracción de viajeros clásicos que se toman una semana o 15 días, pero sí permiten generar un movimiento turístico interesante de uno o dos días dentro de un pueblo rural”, añadió.
Para este tipo de escapadas, un mayor número de personas escoge destinos que estén entre 100 y 200 kilómetros de distancia de su hogar. En tanto, el 71,5% aseguró planificar y organizar estas salidas con dos semanas de anticipación, una tendencia que comienza a crecer en tiempos en los que es muy difícil proyectar a futuro.
“Esto es interesante porque insta a que los destinos puedan fortalecer esa promoción y esa capacidad de atraer turistas. Además, habla de cómo se distribuye la riqueza del turismo dentro de la Provincia y permite entender de qué manera las políticas de feriados y fines de semana largo contribuyen a la redistribución del ingreso, por fuera de los destinos más consolidados del territorio bonaerense”.
Al preguntarles a los encuestados sobre el primer destino rural que se les viene a la mente, la respuesta fue contundente: San Antonio de Areco. La localidad fue seguida por otras como Tandil, Sierra de la Ventana, San Pedro, Uribelarrea, Chascomús, Lobos, Carlos Keen, Mercedes y San Miguel del Monte.