Exigen que el manejo pesquero tenga una perspectiva ecológica
Un estudio realizado por científicos del Conicet mostró que algunas especies de peces en los últimos años han tenido una tendencia poblacional a la baja en el río Paraná.
Un grupo de científicos del Conicet, en conjunto con la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura de la Nación, el Instituto de Ictiología del Nordeste, el Departamento de Fauna y Pesca de la Dirección de Fauna y Áreas Naturales Protegidas de Chaco y la Dirección General de Manejo Sustentable de los Recursos Pesqueros de Santa Fe estudiaron las poblaciones de los principales peces del río Paraná. De esta manera, centraron la investigación en los desembarcos pesqueros de los últimos 85 años y tomaron los monitoreos recientes de la cuenca del Plata.
El objetivo de este proyecto fue determinar las tendencias poblacionales de algunas especies que están bajo explotación comercial. En la parte media del río, de un total de 21 especies estudiadas, 15 de ellas mostraron tendencias poblaciones estables o positivas durante los últimos 15 años en contrapunto con las restantes seis que evidenciaron una curva hacia la baja. Por otra parte, en el tramo entre Corrientes y la represa de Yacyretá el registro aumentó, ya que de las 20 especies analizadas 11 mostraron una tendencia poblacional deficiente en los últimos 27 años. Sobre esto último, las especies en declive son las llamadas especies de cuero. “Este fenómeno estaría asociado al aumento en la transparencia del agua que sufrió el río Paraná aguas arriba de la ciudad de Corrientes, producto de la instalación de represas en la parte alta de la cuenca. Estas especies están adaptadas a capturar sus presas y eludir la depredación en aguas turbias y se ven desfavorecidas cuando el agua se vuelve muy transparente”, explicó uno de los investigadores, Sebastián Sánchez.
Según se comentó sobre esta situación hay principalmente dos factores que generan este panorama: los cambios ambientales y la presión pesquera.
Ante este escenario, los expertos recomendaron que el manejo pesquero debe tener una perspectiva ecosistémica para regular así todos los procesos que mantienen saludable el ecosistema, como el control de la contaminación ambiental, la conservación de los hábitats de cría, el mantenimiento del régimen hidrológico natural y un monitoreo continuo y eficiente de la presión de pesca a lo largo de toda la cuenca.
“Ajustamos los datos del número de individuos de cada especie a modelos matemáticos denominados modelos lineales generalizados, a fin de controlar el efecto de la variación en la altura del río, la estación del año y la ubicación geográfica, para poder analizar el cambio de la abundancia de peces a lo largo del tiempo”, sentenció Luis Lucifora, otro de los encargados del estudio.