LA RECETA DE HOY

Garrapiñadas

Podés garrapiñar lo que sea: maní o cualquier fruto seco (nueces comunes, almendras, castañas de cajú).

¡Se nos fue el año casalitxs! ¡Ya llegó el tan esperado 2021! 
¿Cuál fue tu ritual de año nuevo? ¿Comiste 12 pasas de uva? ¿Te pusiste ropa interior rosa o blanca? ¿Brindaste mirando a los ojos?

Vamos a agregar a nuestro libro de recetas un clásico que todxs conocemos, que a las 12 cuando llega la hora de brindar (sin brindar por favor que hay que cuidarnos de la Covid) llega este bocadito crocante para cerrar el festejo del tan esperado Año Nuevo.

Vamos a hacerlas caseras, obvio, porque acá nos gusta todo sin aditivos. Nos conocemos hace un año así que seguro ya saben.
“Garrapiñar” significa bañar frutos secos. Podés garrapiñar lo que sea: maní o cualquier fruto seco (nueces comunes, almendras, castañas de cajú).

Las garrapiñadas que conocemos tienen sabor a la puerta de la calesita, a fiestas y a infancia. Vamos a darles el toque “casale” y hacerlas gourmet.

¡Vamos a la receta!

Ingredientes

½ taza de agua
1 taza de azúcar blanca
1 taza de maní pelado y tostado o frutos secos
1 chorrito de esencia de vainilla

Preparación

Vamos a hacerlas en una caserolita de fondo lo más grueso posible.

Calentá la sartén o el perol, poné el agua y el azúcar para hacer el almíbar. La idea es lograr un almíbar denso. Cuidado porque quema (si lo sabré yo).

Una vez que lograste el punto del almíbar, retirás del fuego e incorporás el maní (o la fruta seca que quieras) y así, fuera de la hornalla, continúas revolviendo para que toda la fruta se impregne del azúcar. 

Vas a notar que el almíbar se vuelve blanco, con textura arenosa. Técnicamente lo que sucede es que el azúcar va a cristalizar hasta convertirse en “azúcar invertido” (esto es cuando se evapora el líquido y se concentra el azúcar)
Cuando llega este momento es hora de incorporar tu magia personal. Puede ser esencia de vainilla, cardamomo. Acá es donde dejás volar tu imaginación.

Vamos a revolver hasta que todo esté impregnado.
Una vez que ya lograste que todos tus frutos secos estén cubiertos por esta “arenilla” blanca medio opaca, podés dejar enfriar la fruta seca en una placa.

Volvé a disponer las garrapiñadas en la sartén caliente para que el azúcar comience a fundir de nuevo, pero apenas. Esto es para que tengan ese brillo que todos conocemos, siempre revolviendo. Si te pasás de calor vas a tener un praliné, maní cubierto con caramelo. Además, si se te pasa mucho, queda super amargo, así que no lo dejemos mucho.

¡Listo! Ya tenemos todos los pasos completos para hacer nuestra garrapiñada y tener ese bocadito preciado para comer todo el verano.

(Por favor, si las vas a comprar a la plaza fijate que el vendedor no sople la bolsita que todavía hay que cuidarnos).

Noticias Relacionadas