Grudge dumping: el nuevo término psicológico para llamar a las relaciones tóxicas

Todo avanza a pasos agigantados, hasta la terminología psicológica que bautizó así el peligro que significan las frustraciones y enojos reprimidos a la hora de relacionarse.

El grudge dumping es un nuevo término que está directamente relacionado a la psicología vincular y las frustraciones reprimidas. Esta práctica inconsciente o hábito habla sobre un “recolector” (grudge collector) que va acumulando pequeños fastidios, enojos, frustraciones y se los va guardando o no los comparte. En determinado momento, cualquier cosa, por mínima que sea o hasta un simple malentendido, esta persona desata una furia irracional, en donde ataca sin piedad e incluso tratando de hacer el mayor daño anímico posible hacia el otro.

Los nuevos términos

Existen cientos de neologismos que han aparecido en los últimos cinco o 10 años con la evolución de la tecnología: ghosting, fishing, orbiting, love bombing, breadcrumbing. Todas estas palabras se refieren a actitudes poco amables y saludables mentalmente a la hora de comenzar, mantener o romper una relación Casi todos los términos conservan su inglés nativo por la metáfora que emplean, y están asociados a prácticas que las redes sociales han acelerado y se utilizan en países donde el dicho idioma ni siquiera es la lengua nacional.

El inventor y el por qué del grudge dumping

El autor y psicoterapeuta neoyorquino Sean Grover fue el creador esta nueva frase en su columna del Psychology Today. Grudge dumping se puede traducir como “descargar rencores”.

Grover, que lidera una de las terapias de grupo más grandes de Estados Unidos, explicó: “Creé esta frase porque soy un terapista de grupo y estudio las relaciones todo el tiempo. Durante esas noté que, con frecuencia, las personas se tragan sus emociones negativas, niegan su frustración y ponen una sonrisa falsa. A la larga, eso es agobiante, poco auténtico y manipulador, imposible de mantener”. Continuó contando que “en lugar de trabajar cara a cara en alguna dificultad o situación difícil para la relación, las personas tienden a rumiar, obsesionarse y a reprimir sus sentimientos. Mientras menos tengan la habilidad de manejar sus diferencias verbalmente, mayor es la frustración que estalla en esa agresión”. Grover marcó además que las reacciones no solo están limitadas al mundo digital; para el especialista el recurrir a las formas de comunicación alternativa y la presencia de las interacciones en redes sociales lo llevaron a preguntarse cómo se podía hablar de esta acumulación de rencores silenciosos con nuestros vínculos más significativos.

¿Cómo descubrirlo y cómo evitarlo?

Lo primero que se nota, ya a la distancia, es algún tipo de frustración creado por las pequeñas decepciones acumuladas que crean rencor y resentimiento, para desembocar en el uso de cualquier vocablo que lleve a una discusión o pelea y siempre tratando de ser lo más hiriente posible.

“En toda relación es esencial poder comunicarse de forma clara y asertiva; y para ello es indispensable que cada quien pueda conectar con sus emociones y necesidades. También considero elemental utilizar herramientas de comunicación no violenta para poder aprender a expresar lo que necesitamos, hacer acuerdos y ejercitar el diálogo empático con las personas con las que nos vinculamos” explicó la psicóloga y psicoanalista miembro de Red de Psicólogos Feministas, Silvia Alvez.

“Lamentablemente no nos han enseñado a res­ponsabilizarnos de nuestras emociones, por lo tanto, creemos que las otras personas tienen la capacidad de hacernos sentir tal o cual cosa, haciendo en la mayoría de los casos, una evaluación de las situaciones plagada de prejuicios y con cero implicación”, agregó.

Finalmente, Grover marcó algunas herramientas para cuidarse de no convertirse en un grudge dumping: “La meditación, las actividades altruistas, el ejercicio y las labores satisfactorias contribuyen a que se construyan vínculos desde el agradecimiento y la comprensión, no desde el rencor”.

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