Hígado graso: uno de cada tres argentinos lo padecen
Como la enfermedad no da síntomas, quizás solo sea posible darse cuenta en un examen de rutina. La diabetes y la obesidad, en la mira.
El hígado graso no alcohólico (o esteatosis hepática) tiene una particularidad que comparte con la mayoría de las enfermedades del órgano: por lo general progresa en silencio, sin dar síntomas, salvo que se encuentre en un estadío avanzado.
Los expertos enfatizan en la necesidad de no dejar de lado los controles y de reducir los factores de riesgo, llevando a cabo un estilo de vida saludable. El Hospital Británico informó que uno de cada tres argentinos tiene el hígado graso, por lo que van a inaugurar un centro de hepatología.
¿Por qué el número es tan alto?
“La prevalencia de hígado graso aumentó en paralelo a la prevalencia de obesidad en todo el mundo, cosa que afecta también a los adolescentes. El consumo cada vez mayor de dietas ricas en grasas favorece el sobrepeso, la obesidad y la aparición de diabetes en personas con predisposición genética”, señaló Federico Villamil, jefe del Centro de Hepatología del Británico. Y es que al tratarse de una afección en la que se incrementa el contenido normal de grasa en el hígado, suele ir de la mano del sobrepeso y la obesidad.
“Hay que recordar que el hígado contiene toda la maquinaria que el organismo necesita para procesar los nutrientes de la dieta incluyendo azúcares, proteínas y grasas. La presencia de hígado graso indica un incremento de la grasa corporal total con el consiguiente aumento del riesgo cardiovascular”, apuntó el profesional.
Las edades de prevalencia suelen ser las avanzadas tanto en hombres como en mujeres, ya que, como remarcó Villamil, “a medida que uno envejece tiene más sobrepeso, más riesgo de tener diabetes; es decir, con la edad aumentan los factores de riesgo que originan hígado graso”.
Por otro lado, la incidencia es mucho mayor en personas con sobrepeso, que en nuestro país representan a buena parte de la población, señaló el médico.
¿Cómo tratarlo?
“El hígado graso no da ningún síntoma en la enorme mayoría de los casos”, indicó el doctor. Por este motivo, recomienda estar atentos a los dos factores de riesgo principales para desarrollar hígado: el sobrepeso y la diabetes. Mientras que “en menor medida lo hacen el aumento de colesterol o triglicéridos en la sangre (dislipemia)”.
La prevención incluye hacer una dieta balanceada y ejercicio físico. Para evitar el sobrepeso, es necesario un adecuado control de la diabetes y un consumo reducido de alcohol”, agregó.