Informaron cuáles son las desigualdades más visibles en el rubro del trabajo doméstico

Especialistas señalaron que la relación histórica de las mujeres con las tareas domésticas se construye “en función de los roles de género que se extienden al mundo del trabajo” y remarcaron que en la Argentina este trabajo está ligado al déficit de servicios de cuidado.

La relación histórica de las mujeres con las tareas domésticas en Argentina está ligada al déficit de servicios de cuidado junto con la”desigualdad socioeconómica y racial”, ya que “es un empleo que generalmente tienen las mujeres más pobres, racializadas y migrantes”.

La directora del área de Género y Diversidad Sexual de la Universidad de San Martín (Unsam) indicó que “se puede analizar la relación histórica de las mujeres con las tareas domésticas desde la problemática de la división sexual del trabajo, que se construye en función de los roles de género, esos modelos que la sociedad crea basados en estereotipos según si nacemos hombres o mujeres”.

De esta forma, los trabajos ligados a la “experiencia femenina” implican cuidar a las personas a lo largo de su ciclo vital, y principalmente a personas con dependencia, como niñas y niños, personas mayores, personas con discapacidad o que padecen enfermedades, junto con la gestión de actividades en el hogar.

Sin embargo, cuando las mujeres irrumpen en la esfera pública y particularmente en el mercado de trabajo, “se observa que su inserción se desarrolla principalmente en actividades relacionadas al trabajo reproductivo, es decir la dimensión de los cuidados está muy presente”.

Esto es debido a que el empleo en casas particular “es un trabajo clave en relación al sostenimiento de la vida de las personas y del sistema”, ya que “son las que permiten no solo el cuidado de la vida, sino que existan personas aptas para entrar al sistema y ser productivas”, añadió Ludmila Fredes, titular de la cátedra Trabajo, Género y Economía del Cuidado de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.

Asimismo, para el trabajo doméstico “se cree comúnmente que no requiere ni de conocimientos, se invalida que conlleve ciertas capacidades y saberes específicos porque se cree que es una extensión de lo que naturalmente traemos las mujeres”, señaló Delfina Schenone Sienra, responsable del área Políticas del Equipo ELA.

Esto provoca que “cueste tanto que se apliquen los derechos laborales en este sector, porque para mucha gente sigue siendo una ayuda, pero no un trabajo con todas las letras”, sumado a que “es un empleo que generalmente tienen las mujeres más pobres, racializadas, migrantes”.

La especialista destacó el importante rol que cumple este trabajo en la Argentina, ya que, por un lado, el trabajo doméstico y de cuidados recae principalmente sobre las familias, en tanto que hay un déficit de servicios de cuidado, por ejemplo, de jardines de infantes con jornada extendidas.

Por este motivo, muchas familias deben recurrir a contratar a trabajadoras para permitirle a las y los integrantes de la familia conciliar la vida familiar y laboral.

“La cuestión es que esto está cruzado por la desigualdad socioeconómica y también racial: sólo las familias y las mujeres de mayor nivel adquisitivo logran tener los recursos para pagar a una trabajadora, y digo trabajadora porque casi no existe personal doméstico masculino”, aseveró Schenone Sienra.

Finalmente, Fredes destacó la importancia de las moratorias previsionales porque “constituyen una de las políticas más importantes a la hora de reconocer y valorizar monetariamente el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado y el remunerado informal”.

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