La cultura argentina que se exporta a Catar

La yerba mate de Misiones llega con fuerza al país anfitrión del Mundial. Una tradición que se trasladó miles de kilómetros y que hoy se hace más fuerte.

El origen del mate se remonta a los pueblos guaraníes, donde consumían el agua de la hoja. Así fue como empezó a conocerse una tradición que acompaña a los argentinos y que hace de la vida cotidiana una ceremonia, donde las familias, amigos o conocidos se reúnen para degustar un rico mate. Pero, ¿cómo llegó a ser consumido del otro lado del mundo? Por ejemplo así sucede en Catar, el anfitrión del mundial 2022.

Diario Hoy habló de esta particular historia con Sebastián Rodas, quien es el director general del grupo Kassab, productor de una yerba mate que se encuentra ubicada en Andresito; se encuentran en la provincia de Misiones a 64 kilómetros de las Cataratas del Iguazú.

—¿Cómo llega el mate a Asia?

—Todos los árabes consumen mucho mate en cantidad, por ahí los que más llevan la bandera del mate son los sirios. Cuando ellos se tuvieron que expandir en varios países, llevando la tradición del mate, lo hicieron en Turquía, Catar, Líbano incorporando el consumo y también en Europa. La historia del mate comienza entre 1950 y 1960, cuando Siria tuvo una guerra con Turquía y muchos sirios vinieron a Argentina, se instalaron en el país, empezaron a consumir el mate y lo adoptaron. Volvieron a su país de origen y lo continuaron usando como costumbre. Si alguien venía de viaje a Argentina les pedían que le llevaran un kilo de yerba.

—¿Y cómo comienza la yerba mate a exportarse?

—La yerba se empezó a exportar entre 1960 y 1970 en contenedores y así fue creciendo el consumo del mate en Siria. Omar Kassab, quien es el dueño de la empresa, es nacido en Siria; tiene familia pero decidió radicarse en Argentina desde 1985. Llegó con otro socio a empezar a exportar la yerba y lo hacían comprando a las empresas. En el 2000 decidieron fundar su propia empresa y realizaron un estudio de mercado para instalarse definitivamente entre los años 2004 y 2005 en Andresito, Misiones. Este lugar es un punto estratégico, ya que hay 100 millones de kilos de hoja verde. Empezaron a trabajar con la compra de hoja verde y el proceso completo de la cadena productiva de yerba mate. En 2014 se separan y crea la empresa yerbatera Hoja Verde Srl, donde estamos ahora. Y así nació la marca secadero, es la que está más fuerte en exportación.

—¿Qué diferencias hay entre la yerba que se vende acá de la que se exporta?

—Tratamos de mantener lo que es la yerba tradicional, la que estamos acostumbrados a tomar. Porque ellos cuando vinieron a la Argentina se encontraron con un sabor ahumado con bajo contenido en polvo con un sabor que se sienta la yerba. Con la leña hacemos que se siga dando el sabor particular con una regulación para que no se pase. Y esto hace que tengas un buen producto, sin acidez. Ahora se consume en Catar y varios jugadores se hemos hecho llegar. Argentina es el país que más produce y exporta, y que tiene mejor calidad. Comenzamos a vender acá la calidad que exportamos porque hay muchos productos que se venden afuera como tomate, cebolla, ajo, manzana: en ese caso todo lo bueno va para afuera y lo malo queda para acá. Nosotros decidimos que el producto que se va para afuera sea el mismo que se consuma aquí.

—¿Cómo es el proceso de la yerba mate?

—Es un árbol que crece naturalmente y llega a los 15 metros, pero para poder cosecharla se hace a los 3 años un despunte: se van podando las ramas y se van dejando maduras para el año siguiente. Y la planta que se cortó vuelve a brotar. Se cargan en camiones y se llevan al secadero donde se hace el primer proceso. Todo lo que se corta se procesa en el mismo día, a las 4 horas del corte porque si no se descompone. Dentro del secado hay un proceso que se llama sapeco donde se da el primer golpe de calor a la yerba y sellás todas las propiedades en la hoja. Es el proceso más importante que tiene el producto y la duración es de 6 horas. Una vez que termina con esta parte va a los depósitos y en un año ella genera calor sola para cambiar de verde a marrón, que es el color que conocemos en el paquete.

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