Salud y belleza

La eficacia de los hilos tensores reabsorbibles

Dra. Julieta Spadamédica especialista en Dermatología y Estética
MIN 117451 - MP 332671

Especial para Hoy

Sabemos bien que el proceso de envejecimiento se da en todos los planos del cuerpo: piel, tejido celular subcutáneo (grasa), músculo, hueso, órganos internos. Para mejorar los planos afectados, los médicos especialistas, recurrimos a distintas técnicas combinadas a fin de optimizar resultados. 

Los hilos tensores han sido utilizados desde hace ya varios años, desde fines de los 90, con fines estéticos para “liftear” o levantar tejidos tanto del rostro como del cuerpo. Los resultados fueron variables y con distintos grados de complicaciones, debidos fundamentalmente a la no reabsorción del material. Era posible observar la palpación, migración, extrusión de los hilos e incluso un cambio en la expresión cuando se aplicaban en la cara.

Describimos al envejecimiento como un proceso dinámico, frente al cual la aplicación de sustancias permanentes genera que los efectos no sean siempre los mismos. Así como sucede con las sustancias de relleno (hoy utilizamos ácido hialurónico) el concepto de lo no permanente también se aplica a los hilos tensores. 

La técnica está basada en prácticas antiguas de acupuntura en las que se dejaban pequeñas cantidades de hilo reabsorbible en distintos puntos para  generar efectos biológicos y fisiológicos. Desde el año 2010 se utilizan sustancias reabsorbibles para mejorar la flaccidez, calidad y levantar tejidos. Los productos fueron perfeccionándose con el tiempo. 

Actualmente se aplica polidioxanona (PDO), que es un polímero utilizado como sutura quirúrgica reabsorbible. El material persiste 6 meses aproximadamente y luego, el propio organismo lo degrada. Se elimina por vías naturales, principalmente por orina. Que sea eliminado, no significa que pierda el efecto de “remodelado” o “reposición” de los tejidos, ya que la reacción inflamatoria local inicial al colocarlos, genera una estimulación de la síntesis de colágeno y fibrosis posterior, con la consecuente mejoría y permanencia del efecto esperado. 

Se puede observar en los pacientes a los que se les colocan que embellecen la textura de su piel, además de elevar los tejidos. Es un tratamiento no quirúrgico, mínimamente invasivo, sin las complicaciones ni la recuperación de una cirugía, pero también sin los cambios radicales de la misma. 

Muchos lo denominan tratamiento de “horario de almuerzo”, ya que la continuación con las actividades habituales es inmediata. Se aplica anestesia tópica o local. Es ideal para personas con flaccidez incipiente, leve caída de tejido en reborde mandibular y sin demasiada grasa. Para su óptima colocación es fundamental conocer la zona anatómica correctamente, el plano en el que se aplica y la técnica. Se suele realizar en dos o tres veces, generando primero un “mallado” para tratar flaccidez, remodelar colágeno y una sustentación tisular para el posterior levantamiento. 

Como complicación se puede experimentar una ligera molestia al colocarlos en algunos sectores, edemas o algún pequeño hematoma. Cada caso es distinto y todos envejecemos diferente con lo que el procedimiento puede ser reaplicado al año si es necesario. Como siempre explico, lo importante es elegir al profesional adecuado, confiar y animarse, ya que los resultados son muy satisfactorios. 

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