cultura

La gran maestra de las letras gallegas

Rosalía de Castro fue la que dio carta de ciudadanía mundial a la lengua gallega vista hasta entonces como un dialecto propio de las clases bajas.

Hija ilegítima de una dama noble, toda su vida quedó marcada por el descubrimiento que hizo, siendo entonces una niña, de aquella situación anómala. Tras escribir libros de versos en los que expresaba el gozo de vivir, cayó en un pesimismo nostálgico que se explicaba, simultáneamente, por sus sufrimientos íntimos y los de su patria chica. Por lo demás, eran notables sus dotes de poeta: fuerza, densidad, invención verbal y técnica de versificación. Pero su misma originalidad fue la causa del relativo silencio con que fueron acogidos sus poemas; sus búsquedas técnicas jamás impidieron que llegase a una forma tan sencilla y natural que algunos pasajes penetraran en el alma popular.

Asimismo, sus búsquedas más esotéricas se hallan en “Follas novas”, donde su melancolía se ahondaba también en una austera soledad. Sus novelas, por su exactitud psicológica y su aguda observación, han contribuido a su celebridad internacional. Hoy en día se la considera como una de las grandes representantes de la poesía del siglo XIX. Muchos describieron a Rosalía de Castro como una persona infeliz y desconfiada en muchos aspectos. Maximino Teijeiro, su médico de cabecera, la llegó a llamar cariñosamente: "Mi eterna enferma”.

Considerada como la precursora de la poesía española moderna, junto con Gustavo Adolfo Bécquer, su vida fue bastante curiosa desde sus comienzos. Nacida en Santiago de Compostela, el 24 febrero de 1837, fue registrada como “hija de padres desconocidos”. Finalmente fue, su madrina, que se desempeñaba como sirvienta de su madre, María Francisca Martínez, quien se hizo cargo de ella en un principio; luego quedó bajo la custodia de su tía paterna, Teresa Martínez Viojó, hasta los ocho años, cuando la escandalosa historia de sus padres perdió interés y su madre y su familia se encargaron de su cuidado.

Se conoce muy poco sobre la etapa escolar de la joven Rosalía, pero se sabe que recibió las primeras lecciones de música y dibujo en la Sociedad Económica de Amigos del País, aunque es muy posible que en algunos casos su aprendizaje fuera autodidacta. Rosalía debutó a los quince años como actriz en el Liceo de la Juventud de Santiago en una obra teatral de Gil y Zárate titulada “ Rosamunda”. Allí conoció a Manuel Murguía, un reconocido periodista gallego que se convertiría en una figura fundamental en la carrera literaria de Rosalía de Castro, tras reseñar de manera muy positiva la primera obra de la escritora, “La Flor”, publicada en 1957.

Rosalía y Manuel se casaron en 1858. Su marido se convertiría en un apoyo fundamental en la carrera literaria de la naciente escritora, recelosa y marcada a fuego por el signo de la melancolía. En algunas de las cartas que Rosalía envió a su marido, reveló sus padecimientos y las dificultades que afrontaba. A pesar de que Rosalía nunca cambió su carácter nostálgico y su escepticismo ante el amor, la poeta quiso mucho a su marido, con el que tuvo seis hijos. Manuel estimuló la capacidad literaria de su mujer, hasta hacer posible la publicación de su obra más famosa, “Cantares Galegos. Sus últimas palabras, antes de morir de un cáncer de útero se las dijo a su hija el 15 de julio de 1885: "Abre la ventana, que quiero ver el mar".

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