La Hermosura: el barrio donde los sueños se vuelven realidad con la fuerza vecinal
En la plaza funciona una biblioteca popular que se convirtió en un espacio de encuentro para niños, jóvenes y adultos mayores.
Cuando un deseo es muy fuerte, la perseverancia y el apoyo de los demás hace que se vuelva realidad. Esa es la experiencia de un grupo de vecinos del barrio La Hermosura (una de las salidas de la ciudad de La Plata, a la vera de la Ruta 11), quienes pusieron toda su fuerza para formar la biblioteca popular que es refugio cultural y social de toda la comunidad.
Una construcción que nació en medio de la pandemia cuando el miedo reinaba, pero que no fue freno para poner manos a la obra y empezar a levantar el espacio que está preparado para recibir miles de libros.
“Hacíamos eventos en ocasiones especiales como fechas patrias o el Día del Niño, venía muchísima gente. Un día vinimos a uno de esos eventos con un carrito con los libros de casa porque veíamos que siempre llegaban más chicos y que haya libros siempre es bueno. A partir de ahí pensamos que debía tomar otro rumbo y hacerlo más formal”, recordó Ayelén, una de las responsables, en diálogo con diario Hoy.
Así empezó a replicarse la idea y ante la novedad empezaron a llegar las donaciones de libros. “Es todo a pulmón, si no hay muchas manos aportando no es posible. Acá vemos que los sueños se hacen posible, eso es maravilloso”, sostuvo Ayelén con los ojos brillosos por la emoción.
Ahora, con un espacio físico que crece y busca expandirse, comenzaron a realizar una variedad de talleres que van desde la práctica de deportes como fútbol o vóley, hasta folclore, cocina para niños y adultos, entre otros. Esto se pensó porque, si bien están a unos seis kilómetros de la ciudad, es lejos para quienes no cuentan con vehículo propio o los tiempos acotados.
“Nuestro crecimiento es con la colaboración de otras bibliotecas, hacemos intercambios y así vamos aprendiendo cosas nuevas. Es el espacio para vincularnos con nuestros propios vecinos, sobre todo ahora que creció mucho más. Esto se hizo con materiales donados, con bonos contribución y con las ventas de la cantina que hicimos en los eventos”, remarcó Ayelén.
En ese punto, explicó que en la zona “hay muchas familias jóvenes que pudieron acceder a terrenos cuando no había nada y era muy barato, ahora eso cambió porque se vio el encanto del barrio, por eso creció tanto”.
Para poder llevar adelante todas las actividades, la organización es clave y la incorporación de quienes quieran aportar su granito de arena es más que bienvenida en el barrio porque el objetivo es claro: “Buscamos que haya infancias con alegría, que tengan todos los recursos y puedan acceder a la cultura y la diversión”.
Pero no solo se apunta a los más chiquitos, sino que hay un espacio para la tercera edad, esto es para que la totalidad de las y los vecinos sean alcanzados por la propuesta. “También tratamos de apuntar a las y los adolescentes, hay muchos chicos de esa edad y a veces cuesta convocarlos, entonces tenemos fútbol mixto y un taller de batucada”, agregó.
Por eso los días martes y jueves comenzaron a ofrecer meriendas, una idea que no solo surge de la necesidad sino para que las familias sepan que cuentan con un espacio que contiene y ayuda. “El barrio es grande, capaz se ve solo la parte linda, pero hay varias realidades”, finalizó Ayelén.