La Inteligencia Artificial está redefiniendo la salud mental
Especialistas de la psiquiatría estiman que esta tecnología podría convertirse en un asistente personal.
La relación entre la tecnología, sus últimos desarrollos y la salud mental fue uno de los temas que atravesó al 36° Congreso Argentino de Psiquiatría. El evento que congregó a expertos en la materia de todo el país durante 3 días se desarrolló en el NH Hotel de Mar del Plata con el lema “Psiquiatría y Salud Mental en tiempos de tecnología e información”.
Esta vinculación entre la disciplina médica y el avance científico tiene varias aristas y el impacto de la Inteligencia Artificial (IA) es solo una de ellas. Este concepto, cada vez más usado, remite a numerosas herramientas digitales y posibilidades, pero una de ellas, llamada “machine learning”, refiere a algoritmos capaces de aprender por sí mismos. ¿Qué implicancias tiene esto en la salud mental?
Los médicos psiquiatras Maximiliano Cesoni, Ángeles López Geist y Gabriel Brarda coinciden en que será revolucionario. “Próximamente todos, en nuestros celulares, tendremos una asistente digital hecha a medida/gusto del consumidor y que, personalizada (como imagen idéntica a una persona real) nos aconsejará, orientará, prescribirá, recordará y asistirá a nuestro médico”, estimaron.
De hecho, la Inteligencia Artificial ya se está usando con fines médicos. Actualmente, permite predecir la presencia de trastornos mentales o detectar síntomas compatibles con padecimientos como la depresión. Esto está íntimamente relacionado a la Big Data, el procesamiento de cantidades masivas de datos para obtener información, y al uso que hacen las personas de sus teléfonos o de las redes sociales.
“Los seres humanos dejamos permanentemente datos personales y de personalidad en las redes”, explicaron los psiquiatras pertenecientes a la Asociación de Psiquiatras de Argentina (APSA). Esto significa que programas de Inteligencia Artificial pueden procesar grandes cantidades de datos publicados por los propios usuarios para encontrar posibles trastornos que ni ellos saben que tienen.
Esto, que a priori sería un beneficio para la salud, supone algunos problemas como por ejemplo la privacidad. “¿Quiénes, dónde y cómo se dirimirá todo el arco de cuestiones éticas alrededor de los usos y aplicaciones de la IA?”, se preguntaron antes de anticipar que la APSA está empezando a reunir especialistas para debatir estas cuestiones.