La joven que fue condenada al destierro por ponerle una guirnalda al primer gobernante de la India

Budhini Manjhiyain, perteneciente a la tribu Santhal en Jharkhand, India, vio su vida transformada a los 15 años por un acto inocente: colocar una guirnalda al primer ministro Jawaharlal Nehru durante la inauguración de una presa en 1959. En su cultura, este gesto fue interpretado como un matrimonio simbólico, llevándola al ostracismo y al destierro de su comunidad.

De acuerdo con las tradiciones de la comunidad Santhal, el acto de intercambiar guirnaldas tiene una connotación similar a la unión matrimonial. En consecuencia, el líder de la aldea la convocó y afirmó que al colocarle la guirnalda a Nehru, se había considerado su esposa. Este acto fue interpretado como una violación al código Santhal que prohíbe a las mujeres contraer matrimonio con personas externas a la comunidad. Para expiar su presunta falta, se vio obligada a abandonar todo y marcharse.

A pesar de ser un hecho simple y sin malicia, este gesto desencadenó un drama silenciado durante décadas. Manjhiyain, obligada a abandonar su hogar y su trabajo, pasó el resto de su vida en el exilio, marginada por su tribu. La joven, ajena a las repercusiones de su acción, se encontró desamparada y aislada, enfrentando la pobreza y la discriminación.

Aunque su historia pasó desapercibida durante mucho tiempo, su reciente fallecimiento ha reavivado el interés en esta trágica figura. Se ha resaltado el impacto de la exclusión social y la discriminación de género en las comunidades indígenas como los Santhal, señalando cómo las prácticas culturales a menudo son utilizadas para oprimir a las mujeres.

A pesar de ser mencionada de manera marginal en los registros periodísticos de la época, Manjhiyain fue etiquetada como "la primera trabajadora en poner en funcionamiento una presa en India". Sin embargo, su vida estuvo marcada por la tragedia y la lucha diaria por sobrevivir en un mundo que la había rechazado.

Esta dolorosa historia de Budhini Manjhiyain resalta las complejidades culturales y sociales arraigadas en las comunidades indígenas, al tiempo que evidencia las dificultades enfrentadas por aquellos que desafían las normas establecidas, incluso involuntariamente. La tragedia de esta mujer, que vivió en el exilio, sumida en la pobreza y el rechazo, sigue siendo un llamado a reflexionar sobre la justicia y la equidad en una sociedad diversa como la india.