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La nave rusa Luna-25 se estrelló contra la superficie lunar

La misión pretendía alcanzar por primera vez el polo lunar, el lugar al que las principales agencias espaciales quieren enviar las próximas tripulaciones humanas.

No pudo ser. Luna-25, la primera nave lanzada por Rusia hacia la Luna desde 1976, se estrelló contra su objetivo tras un incidente ocurrido el sábado durante una maniobra previa a su alunizaje, que estaba previsto para este lunes. “El aparato se movió a una órbita no prevista y cesó su existencia como resultado de un choque con la superficie de la Luna”, señaló la agencia espacial rusa en un comunicado emitido a través de su canal de Telegram.

En primer lugar, se experimentó durante horas del sábado “una situación de emergencia que no permitió realizar la maniobra con los parámetros especificados”. Pese a los esfuerzos del equipo, no se consiguió reconducir la situación y unas horas más tarde se interrumpió la comunicación con la sonda. Finalmente, la nave acabó destruida tras chocar con la Luna.

La misión Luna-25 despegó el 11 de agosto del puerto espacial Vostochni en el Lejano Oriente ruso a las 2.10 horas de Moscú. Durante tres días, la sonda automática ajustó dos veces su trayectoria de vuelo. Finalmente entró en órbita lunar el pasado viernes, según el horario previsto. Su intención era aterrizar este lunes, adelantándose así en dos días a la sonda india Chadrayaan-3, una nave low cost que tardó un mes en realizar el mismo trayecto (frente a los cinco días que duró el viaje de Luna-25). Rusia contaba con experiencia en alunizajes y fue la primera potencia en recoger muestras lunares con una sonda robótica; pero, tras la llegada de EE. UU. a la Luna, abandonó ese escenario —y sus esperanzas de poner a sus cosmonautas sobre nuestro satélite— y centró sus esfuerzos primero hacia la estación espacial rusa (MIR) y, después, hacia la construcción de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), que ejecutó en colaboración con la NASA en una nueva era de cooperación que continúa hasta hoy. Incluso tras la guerra con Ucrania, ambas agencias espaciales siguen colaborando en el laboratorio orbital.

Ahora, este fracaso supone un batacazo para las ambiciones rusas. Desde Moscú afirman que “una comisión interdepartamental especialmente formada se ocupará de las cuestiones de esclarecimiento de las razones de la pérdida”, por lo que habrá que esperar un tiempo para saber qué ha ocurrido.

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