“La primera respuesta como profesionales no puede ser la medicación”
El doctor Ramiro Pérez Martín dialogó con Hoy sobre el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad y la complejidad que implica la cuarentena en los niños que lo padecen.
La Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA, por sus siglas en inglés), estima que, a nivel mundial, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) afecta a un 5% de los niños. En la actualidad, inmersos en un marco de restricciones y medidas de aislamiento preventivas, la situación para quienes padecen este síndrome se volvió mucho más compleja.
Diario Hoy dialogó con el doctor Ramiro Pérez Martín, psiquiatra infanto-juvenil, psicoterapeuta y miembro de la comisión directiva de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA), para entender las implicancias del contexto actual en los niños con TDAH.
“El déficit de atención es una temática que da para mucha reflexión. En concreto, lo que se observa en estos pacientes es un síndrome (conjunto de signos y síntomas), con lo que llamamos hiperquinesia o hiperactividad, dificultades para la atención y, en ocasiones, impulsividad”, señaló Pérez Martín.
Desde una mirada integral de la medicina, se trata de observar los signos (impulsividad, desatención e hiperactividad) y escuchar los síntomas. En este sentido, el doctor señaló que “este trastorno funciona como una especie de punta de iceberg, en el cual uno puede observar estas características pero necesita también saber qué es lo que pasa por debajo del nivel del agua. Ahí tenemos que entrar en el terreno de la escucha, del chico, de los padres, de la escuela y de todos los ámbitos donde circula ese chico, para entender a qué responde”.
Dentro de este síndrome de hiperquinesia pueden aparecer chicos con cuadros depresivos, respuestas adaptativas a su entorno, un apego ansioso o dificultades intelectuales.
Es así que Pérez Martín se aleja de la mirada reduccionista de la medicina, la cual “rápidamente determina un problema neurológico, y la primera respuesta como profesionales no puede ser la medicación”.
La convivencia como prioridad
“Ninguno de nosotros va a salir ni indemne ni igual que antes de esta pandemia, seamos profesionales, no profesionales, vivamos donde vivamos en el país. A todos de una u otra manera nos ha afectado”, destacó Pérez Martín.
En principio, el doctor aconsejó priorizar la convivencia y entender que se trata de una “travesía que por momentos es cuesta abajo” y en la que hay momentos de mucha dificultad emocional que afectan a la convivencia del grupo familiar.En este sentido, recomendó apelar mucho a la creatividad, a la paciencia y al descanso de los adultos, ya que “hay que tener en cuenta que actualmente los padres están trabajando de 16 a 18 horas por día, de lunes a lunes y sin franco”. “Tenemos que tratar de llegar lo mejor posible al final de la pandemia”, concluyó.