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Las primeras rocas de la cara oculta de la Luna aterrizan en la Tierra

Aterrizó la cápsula con las primeras muestras del lado oscuro de la Luna, un hito histórico de la Agencia Espacial Nacional China que recién se creó a fines del siglo XX.

Las primeras rocas de la cara oculta de la Luna acaban de aterrizar de forma segura en la Tierra y los científicos están ansiosos por estudiarlas.

La cápsula de reentrada china Chang'e-6, que contiene hasta dos kilogramos de materiales extraídos y perforados de la cuenca más antigua de la Luna, aterrizó en las praderas de Siziwang Banner, en la región autónoma del norte de China, Mongolia Interior, a las 2.07 p. m., hora de Beijing, el Martes, según la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA).

“Las muestras serán diferentes de todas las rocas recolectadas anteriormente por Estados Unidos, la Unión Soviética y China”, que procedían de la cara visible de la Luna, dice Yang Wei, geoquímico del Instituto de Geología y Geofísica de Beijing. “Tenemos expectativas muy altas para ellos”, afirma Yang.

Chang'e-6 se lanzó el 3 de mayo y llegó a la Luna cinco días después, donde permaneció en órbita lunar para prepararse para el aterrizaje. El 2 de junio, aterrizó en un sitio preseleccionado dentro de la cuenca del Polo Sur-Aitken (SPA), que está cubierta de rocas de lava enfriadas de color oscuro conocidas como basalto, y realizó un intenso muestreo utilizando un taladro y un brazo robótico durante dos días. A continuación, la carga despegó de la Luna, se acopló a la cápsula de reentrada en la órbita lunar y se dirigió hacia la Tierra.

Aproximadamente a las 13:20 del martes, hora de Beijing, comenzó el procedimiento de aterrizaje. La cápsula saltó de la atmósfera para reducir su velocidad, antes de descender a 11,2 kilómetros por segundo. Se desplegó un paracaídas para ayudar al descenso. Un equipo de recuperación localizó la cápsula poco después de su aterrizaje. Una vez que hayan procesado la cápsula in situ, será transportada a Beijing, donde será abierta y se extraerán las muestras para su análisis científico y almacenamiento, afirma la CNSA.

Patrick Pinet, geólogo lunar del Instituto de Investigación en Astrofísica y Planetología (IRAP) de Toulouse, Francia, observó el desarrollo de la misión en tiempo real desde una sala de control en Beijing. “He visto una eficiencia técnica increíble y un dominio profesional de todos estos pasos tan complejos a lo largo del camino”, afirmó.

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