Los otros protagonistas de las vacaciones de invierno

Pese a que en los últimos días el tiempo no fue el mejor, las familias platenses disfrutan del receso invernal en la ciudad. Diario Hoy conversó con los vendedores presentes en las plazas, trabajadores que día a día acompañan a los miles de chicos y chicas que salen a divertirse.

Calesitas, trenes, autitos, payasos, pochoclos y burbujas. Se vive la última semana de las vacaciones de invierno en la ciudad y los otros protagonistas, los vendedores y animadores, remarcan el balance positivo en cuanto a ventas y movimiento de las familias, que tras dos años volvieron a los parques y espacios públicos para disfrutar del receso invernal.

Por supuesto que las propuestas en estos días son infinitas. Desde teatros, talleres, museos, películas hasta sala de juegos electrónicos y parques de diversiones, entre tantas otras. Sin embargo, las plazas de la ciudad son todo el año el lugar por excelencia, el escenario principal donde niños y niñas se hacen presentes con frecuencia para disfrutar de un rato junto a sus familias y el lugar de encuentro con sus amigos y amigas.

“Lo que más lleva la gente son pochoclos y garrapiñadas. Por suerte se vende. Nosotros llegamos a las tres de la tarde y nos quedamos hasta que termina el día. Hay mucho movimiento”, le dijo a diario Hoy Mónica, quien tiene un carrito ambulante en Plaza Moreno, al lado de la boletería de los trencitos que durante toda la jornada se pasean repletos de gente haciendo sonar la bocina y las campanas que se entremezclan con canciones, sonrisas y aplausos de las familias.

En cuanto a los precios, el recorrido del tren que da toda la vuelta manzana cuesta $200. Las garrapiñadas se venden a $250, los copos de azúcar, entre $250 y $300, y los pochoclos, entre $300 y $500. A su vez, los molinitos de viento rondan los $400 y la entrada a las calesitas, que suelen estar en diferentes plazas de la región, alrededor de los $100.

“Lo que quiero reflotar de esta primera semana de vacaciones, pese a que hubo días complicados con el tiempo, por el frío y alguna llovizna, es que los chicos se están divirtiendo, que están socializando. Tuvimos tanto tiempo de encierro, le doy gracias a Dios tener este trabajo de pirulinero, de golosinero en las plazas, en los colegios, y ver que los niños no pierden eso que tienen de relacionarse unos con otros”, sostuvo Gonzalo, quien durante estas vacaciones se ubica con su puesto en Plaza Belgrano, en 13 y 40.

“La ciudad de La Plata está muy triste, pero los niños no pierden la esperanza. Mientras haya esa esperanza en los jóvenes, hay vida”, completó el vendedor cuyos pirulines tienen un valor de $100, al igual que las garrapiñadas, las paletas grandes y los dos alfajores triples.

En otro plano, el reconocido payaso Manotas recalcó el movimiento de gente en lo que va de las vacaciones de invierno y calificó como “muy positiva” la respuesta del público.

“A mí me cambió la dinámica a nivel ­personal, donde más de la mitad de las fechas las hacía en la ciudad de La Plata y por ­diferentes situaciones este año me tocó viajar a toda la provincia de Buenos Aires. La ­verdad que la afluencia de gente es muy linda, los peques y las peques tienen ganas de vivir cosas muy lindas”, resaltó el ­comediante.

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