cultura

Mateo, la resistencia a lo desconocido

Armando Discépolo escribió en 1923 una de las obras más destacadas de la historia teatral argentina. Su impacto popular en una sociedad que comenzaba a adoptar otras costumbres.

El escritor argentino Armando Discépolo es el autor de Mateo, una de las obras más destacadas de la historia teatral argentina que se estrenó en el año 1923 en el Teatro Nacional. Fue el primer éxito importante de este director y dramaturgo argentino, descendiente de italianos

El impacto popular logró un cambio que pese al avance del tiempo sigue vigente. La resistencia a lo nuevo despierta muchas veces temor, pero la llegada de nuevas costumbres es algo cada vez más común en las sociedades, por lo que uno debe estar preparado.

“Mateo” es el nombre que llevaban unos carros tirados por caballos que circulaban, hacia el 1900, por las calles empedradas de Buenos Aires. Luego del estreno de esta obra a los carruajes que tenían tracción a sangre se los empezó a llamar Mateo. Ese nombre quedó para siempre en la identidad nacional.

La mítica obra es la historia de un inmigrante italiano, alojado en un conventillo porteño. Con ella nació el género del grotesco criollo donde están presente la sátira, la ironía y la burla. A su vez, se encuentra también la tragedia y la comedia de manera simultánea haciendo que el espectador ría de angustia o llore mientras sonríe.

Discépolo representa sobre el escenario lo que la sociedad vivía diariamente a comienzos del siglo XX, en un periodo de entreguerras y de un caos social protagonizado por inmigrantes desarraigados que luchaban por una mejor vida y un futuro mejor.

El tema central del libro es el progreso, y cómo el protagonista qué está dispuesto hacer y qué no. El personaje principal de la obra es un cochero en una ciudad donde el progreso se hace presente y el automóvil ocupa cada vez más lugar en las calles. Junto a su querido amigo, Mateo, el caballo que tira el carro busca resistir ante una realidad que cada vez lo deja más marginado.

Fue tanto el impacto popular que tuvo que desde entonces a los carros se los llama mateos. En 1910 llegó a haber casi 4700 mateos en la ciudad de Buenos Aires. Actualmente son alrededor de quince.

Noticias Relacionadas