cultura
Octavio Getino, un olvidado
Junto a Pino Solanas fundó, hacia fines de los años sesenta, el Grupo Cine Liberación, que se propuso un cine político capaz de influir en la realidad.
Su nombre está indisolublemente unido al de Pino Solanas por haber hecho juntos películas como La hora de los hornos y Actualización política y doctrinaria para la toma del poder, un documental basado en larguísimas entrevistas hechas a Juan Domingo Perón, en Madrid. Pero además de guionista de cine, Octavio Getino fue ensayista, cuentista, director, funcionario, docente e investigador de medios de comunicación y cultura
Nació en la ciudad de León, en la provincia de Castilla y León, España, el 6 de agosto de 1935. En los años cincuenta, asfixiado por el franquismo, decidió probar suerte en Argentina. Su primer libro de cuentos, Chulleca, escrito a los 28 años, ganó el Premio Casa de las Américas en Cuba, siendo publicado por la editorial La Rosa Blindada. Ese mismo año ganó el premio del Fondo Nacional de las Artes. Por entonces, se ganaba la vida como lavacopas y periodista.
En 1963 conoció a Pino Solanas. Fue uno de esos encuentros que dejan huella en la vida de un hombre y lo estimulan a crear y a experimentar. Tres años después se abocaron a hacer una de las películas que se transformaría en un clásico del cine político latinoamericano: La hora de los hornos. El film se rodó en los años de la dictadura de Juan Carlos Onganía, vale decir, de manera clandestina. Durante dos años, recorrieron el país haciendo entrevistas y filmando con una cámara de 16mm, con el propio Solanas haciendo de camarógrafo. El montaje y la sonorización del film se hicieron en Italia, a donde llevaron el material a escondidas. La película se estrenó precisamente en Italia, en el Festival de Pesaro, en 1968, donde se alzó con el premio principal. Era una obra incendiaria que terminaba con un plano fijo del Che Guevara, asesinado un año antes.
En mayo de 1968, el Grupo Cine Liberación dio conocer un manifiesto bajo el título Hacia un Tercer Cine, un texto que ponía sobre el tapete la relación entre cine y política. Era un cine en contraposición a lo que proponía Hollywood. Según palabras de Octavio Gettino se proponían “un cine de destrucción y de construcción. Destrucción de la imagen que el neocolonialismo ha hecho de sí mismo y de nosotros. Construcción de una realidad palpitante y viva, rescate de la verdad nacional en cualquiera de sus expresiones”.
Cuando se instauró la última dictadura, Octavio Getino se exilió primero en Perú y luego en México. Fue consultor de la Unesco y la Fao. Regresó al país con la democracia, y dirigió Instituto Nacional de Cine entre 1989 y 1990. Murió en Buenos Aires, a los 77 años, el 1° de octubre de 2013.