Pañuelos por todos lados: el arte de hacer memoria

En el marco de la celebración del Día del Restablecimiento del Orden Democrático, Marcela Sanmartino contó a diario Hoy cómo se gestó un proyecto que se multiplicó por todo el país.

Pañuelos a la vista de todos, pañuelos en mosaico, vitrofusión y cerámica: materiales que resisten el paso del tiempo y la intemperie. En esto consiste la iniciativa “30.000 pañuelos por la memoria”, que nació en marzo de 2018 en el corazón de La Plata. “Siempre tuve ganas de hacer algo sobre el tema”, contó a diario Hoy Marcela Sanmartino, la fundadora del proyecto.

“Surgió siguiendo un poco la idea de Space Invaders, una movida de artistas que colocan un símbolo en distintos lugares y la gente se pregunta qué es. Por otro lado, tengo dos tías mellizas desaparecidas que eran muy cercanas a mi edad. Por ellas en particular, pero también por todos los compañeros desaparecidos, siempre quise hacer algo”, relató.

En 2018, en vísperas del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, Marcela colocó el primer pañuelo en la biblioteca Del Otro Lado del Árbol, en Parque Saavedra. “Ya sé lo que quiero hacer, dije, quiero llenar todo de pañuelos”, contó. En adelante, al proyecto se sumaron a hacer las placas más de cien artistas de todos los puntos del país: Córdoba, Chaco, Chubut, Entre Ríos, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Santa Fe, Santiago del Estero, Tucumán y Tierra del Fuego.

Marcela Sanmartino es doctora en Matemáticas; después de jubilarse, en 2014, empezó a tener más tiempo: “Yo sabía hacer mosaicos, por eso el proyecto empezó con pa­ñuelos en mosaicos. Después se su­maron vitrofusión y cerámica. Es decir, se sumaron esos materiales a raíz de que se sumó gente. La idea del proyecto fue hacer algo tan perdurable como la memoria”, explicó.

La iniciativa creció de boca en boca y hasta el momento lleva colocados más de 2.100 pañuelos o, al menos, esta cifra es la registrada en el mapa que construyen las coordinadoras en base a las fotos de los pañuelos colocados que la gente les envía de la Argentina y del exterior, de sitios como París o Bruselas, entre otros. No obstante, creen que ya entregaron cerca de 6.000 placas, pero no de todas tienen registro fotográfico.

Un mural gigante

“Desde que nació fue un proyecto abierto, es un colectivo en el que cada uno aporta desde su lugar. En mi cabeza, lo imaginé como un mural gigante que abarca todo el país”, reveló Sanmartino, que vive hace 35 años en La Plata. Las personas que quieran colocar un pañuelo pueden hacerlo a través de la página de Facebook del proyecto: “A cualquier persona que quiera un pañuelo tratamos de hacérselo llegar, más allá de que pueda o no ­colaborar”. Si bien la iniciativa no persigue el lucro, todos los que ­reciben el símbolo colaboran con el artista local para costear los gastos de los materiales.

Sanmartino explica que solo hay una condición: que peguen las placas con el pañuelo en los frentes de las casas, en el exterior, en un lugar visible. “Muchos nos dicen que quieren mirarlo, ponerlo en un lugar privilegiado de la casa, pero ese no es el espíritu del proyecto. La idea es que la gente pase y vea ese símbolo, y quizás que un niño pregunte, o que de acá a 100 años se siga sabiendo qué significa ese símbolo. Elegimos el pañuelo de las Madres porque es clarísimo lo que representa. Asimismo, por esto no los vendemos, porque es el pañuelo de las Madres”, apuntó.

“El arte es sanador. Siempre digo que es muy poquito lo que hago, no estoy participando de los juicios o de otras cosas más profundas, cosa que querría hacer, pero la idea es que con el arte uno puede sanar y representar a mucha gente”, concluyó Sanmartino.

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