cultura

Pioneros del periodismo platense

Hombres y mujeres que fueron en nuestra ciudad adelantados de un oficio que honraron, defendiéndolo con paciente grandeza.

En marzo de 1908, murió en nuestra ciudad José María Niño, maestro de la prensa provincial y nacional, con cuarenta años de labor periodística. En La Plata cultivó muchos afectos y se le tiene toda la consideración que merecía su actuación sobresaliente y sus virtudes personales. Pertenecía al cuerpo de redactores de “La Nación” y se había radicado en La Plata en 1894, al mismo tiempo que desempeñaba su mandato de senador en la Legislatura, durante el gobierno de Guillermo Udaondo. Confeso admirador del general Bartolomé Mitre, que le dispensaba su amistad y su confianza, convivió con los platenses más de quince años, y fundó y dirigió la publicación local “La Mañana”, una de las mejores de su época.

El 16 de agosto del mismo año, José María Atencio, desde la barra del Senado, actuaba con la intuición del periodista nato, se anticipó en subrayar la trascendencia real de la necesidad de defender la libertad de prensa, cuando en el curso de su alegato expresó a propósito de un presunto desacato a los poderes constituidos: “Necesito señalar de una manera muy precisa todo lo que se refiere a la libertad de palabra y lo que llamaré los fueros de la prensa. Y necesito hacerlo no solamente por mí, por la convicción que yo tengo a este respecto, sino por el juicio y el concepto de los demás periodistas actuales y los del futuro".

Apenas salido de su adolescencia, ya le fue menester encontrar su subsistencia en las difíciles fuentes del trabajo anónimo y mal retribuido que es el lapso proclive a las claudicaciones de los débiles. Atencio tuvo la virtud de enaltecer los más modestos oficios y a todos honró con el sello de su superación personal y la hondura de su espíritu. Fue comerciante minorista del carbón, en Ensenada, y desempeñó un cargo de telegrafista en nuestra ciudad, pero su capacidad, su vasta ilustración y enfervorizados sentimientos de bien público, le tenían reservados altos destinos, aunque el mejor de ellos fue ese definitivo de ocupar para siempre un sitio privilegiado en el sentimiento ciudadano.

En 1909 apareció bajo la dirección de María Abella “La Nueva Mujer”, órgano oficial de la Liga Nacional de Mujeres Librepensadoras. Perdurará hasta 1912, teniendo la sede de su secretaría en la calle 45 N° 923. “La Nueva Mujer” se presentó a la vida periodística “pura, cual Venus surgida del océano”. Su tema de cabecera era la mujer y su situación ante la cultura y la ley. Asimismo, la Liga Nacional de Mujeres Librepensadoras, de la que también había participado Julieta Lanteri, se propuso conformar una lista de reformas tendientes a la igualdad entre los géneros: igualdad en la educación, en las oportunidades laborales y remuneración, libertad para administrar los bienes gananciales, derecho al divorcio y reivindicación de los derechos políticos de la mujer que culmina con la creación de la Liga Feminista Nacional y su proyecto de expansión hacia el interior de la Provincia.

María Abella llegó a Buenos Aires desde su Uruguay natal y se estableció en La Plata. Allí, continuó su formación como educadora y creó formas asociativas y de formación femenina y feminista; junto con ello se vuelca al periodismo y a la militancia dentro un ecléctico espacio intelectual. En 1902, dirige la revista Nosotras que se publica desde agosto de ese año hasta aproximadamente noviembre de 1904; allí confluyeron ideas y militancias provenientes del liberalismo, el socialismo y el anarquismo ligadas por el común espíritu anticlerical y por la cultura científica como principios explicativos y ordenadores del mundo social.

En Nosotras primó la convicción de que la solidaridad es la única acción que garantiza la unión del género y sobre ella las mujeres deben construir un nuevo lugar en la sociedad. Abella se propuso intervenir con su publicación en el debate sobre el feminismo, pero también mostrar su postura sobre el divorcio, la discriminación sexual, y los asesinatos de las mujeres en manos de sus parejas o ex parejas.

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