Puede pasar: estafas por Facebook, Instagram o WhatsApp

El ciberdelito explotó en cuarentena y sigue creciendo en 2021. Desde el robo de contraseñas al “cuento del tío” digital, hay muchas maneras de caer. Aquí algunos consejos para estar atentos.

La pandemia del coronavirus dejó un terreno muy fértil para las estafas online. Comenzó con un 2020 muy lucrativo para los ciberdelincuentes en todo el mundo y el 2021 no solo sigue en esa dirección, sino que la intensifica con modalidades de engaños diversificados: adware, troyanos, “cuentos del tío” y robos de claves configuran un escenario donde el único antídoto es la buena información.

Esto se vio reflejado en Argentina en las denuncias radicadas en la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia: “Comparando 2019 con 2020 y 2020 con 2021 pasamos de 2.581 denuncias a recibir un total de 14.583. Un aumento del 465%”, aseguró el fiscal federal Horacio Azzolin, de la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia. Ahora que el 2021 está por terminar, se empezaron a ver nuevas modalidades vía Whatsapp, Instagram, Facebook o Mercado Libre, donde los estafadores se mueven con comodidad para cometer delitos cibernéticos

Según un informe de Avast, la compañía de antivirus, el 45% de las amenazas en móviles sigue siendo el adware. Las falsas aplicaciones ocupan el segundo lugar, con un 16% y los troyanos bancarios o “bankers” el tercero, con un 10%. Además, se detectó un crecimiento de un 771% en stalkeware y spyware (robadores de información personal) y solo Avast bloqueó 47.000 ataques de estafa de soporte técnico por mes. Las páginas webs fraudulentas relacionadas a la Covid crecieron un 300%. “Pasamos de 1.305 casos de fraude a 8.559, lo que representa un 58,7% del total de los casos y cerca de 50 denuncias diarias. De accesos a cuentas, pasamos de 229 a 1.220”, agregó Horacio Azzolin.

Los seres humanos somos mucho más predecibles de lo que pensamos. Y por esto, es muy común usar patrones repetidos para generar contraseñas. Dentro de los ataques a contraseñas, los más comunes son los llamados “por diccionario”: ir probando combinaciones esperables que el usuario puede haber usado. Curiosamente, muchas contraseñas son adivinadas de esta manera.

“El problema es la confianza desmedida del usuario, fruto del desconocimiento y la necesidad y urgencia de las personas”, explicó a Clarín Daniel Monastersky, abogado especializado en delitos informáticos, director del Centro de Estudios en Ciberseguridad del CEMA.

Una de las más comunes y reiteradas en 2021 fue la de cuentas de Instagram o Facebook apócrifas que utilizan tipografía, logos y toda la simbología de la entidad por la que se pretenden hacer pasar: es decir, suplantan a una entidad oficial como un banco o una tienda online.

“Las estafas más comunes son las que tienen vinculación con las entidades financieras, préstamos preaprobados. Luego vienen los casos de suplantación de identidad en donde los ciberdelincuentes toman control de perfiles de Instagram o Facebook, para luego utilizar la gran cantidad de seguidores para de esas cuentas y alquilar o vender ese perfil al mejor postor. Sin dudas, la estafa más común de este año, y la que más daño generó, fueron los créditos bancarios preaprobados y mucho fraude vía WhatsApp contra gente de la tercera edad”, advierte Monastersky.

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