Restringir el oxígeno alarga la vida en mamíferos

Ratones genéticamente modificados para envejecer más rápido vivieron el doble.

A finales de los 70, un grupo de científicos se percató de que las enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como la diabetes, la hipertensión o las patologías cardiacas, eran mucho más bajas en los grupos de “alta montaña”; al igual que la tasa de morbilidad general, que se mantuvo baja, mientras que los voluntarios ubicados a menor altitud fluctuaron arriba y abajo. ¿Es probable, entonces, que la restricción al oxígeno pueda alargar nuestra vida?

Ahora, un grupo de científicos del Hospital General de Massachusetts, en Boston (EE. UU.), se propuso realizar experimentos con ratones de laboratorio. Pero no con unos cualquiera: unos especímenes modificados genéticamente que, en vez de sobrevivir más de tres años, como los ratones normales, terminan su ciclo vital en seis meses. Después del destete de los ratones a las cuatro semanas, se introdujo a algunos de los ratones modificados en una cámara de hipoxia que simulaba el mismo ambiente que existe en el campo base del Everest, a 5.000 metros de altura: el oxígeno del aire ambiental, que normalmente registra un 21 por ciento de oxígeno, se reduce al 11 por ciento.

Los ratones vivieron en estas condiciones hasta su muerte. Al comparar los datos, los investigadores descubrieron que los ejemplares de la cámara de hipoxia duplicaron su tiempo de vida (una media de 23,6 semanas de vida frente a 15,7 para ratones genéticamente modificados que vivieron en condiciones de oxígeno normales). No solo eso: en los ratones con restricción de oxígeno también se retrasó el deterioro neurológico relacionado con la edad. “Durante mucho tiempo nos ha entusiasmado la posibilidad de que la hipoxia pudiera ser beneficiosa en un modelo de envejecimiento, pero no estábamos tan seguros de que realmente funcionara”, dicen los científicos.

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