Se pone en marcha una misión para cazar al próximo Oumuamua

Los expertos Amir Siraj y Avi Loeb diseñan un proyecto para observar y luego interceptar los objetos interestelares que atraviesen. en un futuro el Sistema Solar.

De acuerdo con un artículo publicado en el servidor ArXiv, un equipo internacional de científicos encabezado por los expertos Amir Siraj y Avi Loeb se propone desarrollar una misión para investigar a los próximos visitantes interestelares como Oumuamua, para observar y luego interceptarlos mientras atraviesan el Sistema Solar.

Ser capaces de observar estos objetos con detalle brinda una ­oportunidad única para saber hasta qué punto se parecen a los de ­nuestro propio sistema. Comparándolos, se podrá averiguar además si todos los sistemas solares ­“funcionan” del mismo modo y con los mismos elementos. Para empezar, los visitantes interestelares suelen tener comportamientos bastante raros. Oumuamua, en ese punto, dejó más preguntas que respuestas. Esa extraña roca no desarrolló una cola, como los científicos esperaban, y exhibió además una capacidad de aceleración que resulta inexplicable.

Telescopios como el Vera C. Rubin (LSST) podrán detectar en el futuro entre uno y diez objetos ­interestelares como Oumuamua por año, lo que dará a los científicos mucho para elegir a la hora de encontrar un candidato idóneo para interceptar. Pero ¿qué requisitos tendrá que cumplir ese “candidato idóneo”? El primero es, sin duda, su procedencia. El objeto tiene que venir de un lugar (y acercarse en un ángulo) que sea adecuado con respecto a la misión que deberá después interceptarlo. Y, según el estudio, el mejor lugar para colocar ese “interceptador” es el punto de Lagrange L2 del sistema Tierra-Sol. Es decir, el mismo en el que se encuentra el Telescopio Espacial James Webb.

El siguiente paso sería llegar hasta el objeto. Muchos de los candidatos captados por los telescopios estarán fuera de alcance, pero los autores del estudio calculan que hay un 85% de posibilidades de que una nave estacionada en L2 pueda perseguir e interceptar un objeto de interés adecuado del tamaño de Oumuamua en un plazo de diez años. Una vez que la nave alcance el objeto, podría observarlo de cerca y mapear sus materiales, lo que podría ayudar a resolver el debate sobre si algunos de esos visitantes son sondas fabricadas por extraterrestres.

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