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Sectas: “El Estado debe reconocer la problemática”

Pablo Salum logró escaparse de un grupo de estas características a los 13 años y es el fundador de la Red LibreMentes, que ayuda a víctimas de organizaciones coercitivas. Además, impulsa la Ley Antisectas.

Pablo Salum logró escaparse de una secta a los 13 años y, una vez que conoció en profundidad el manejo de estos grupos, fundó Red LibreMentes, con el objetivo de ayudar a víctimas de organizaciones coercitivas. Hoy, con 42 años, se ha convertido en un referente y es el impulsor de la Ley Antisectas.
Cuando Pablo tenía 8 años, su mamá comenzó a llevarlo, junto con su hermana, a un grupo llamado Escuela Yoga de Buenos Aires. A partir de ese hecho, sus vidas cambiarían radicalmente.

“Yo era una jerarquía ahí adentro. Llegué a tener mis propios alumnos y mi madre llegó a ser la mano derecha del líder. En un momento determinado, toda la organización pasaba por ella. Se reunían en mi casa y recaudaba los sobres con ofrendas económicas, cartas, filmaciones y fotografías con las tareas que las personas tenían asignadas. Dentro de esas actividades que asignaba el líder, había también pedidos sexuales”, recordó Salum en diálogo con
diario Hoy.

Luego, Pablo relató: “Cuando vi ese material pornográfico y descubrí a mi familia, que era toda la organización, me espanté. A esa edad, en mi mente el sexo no era algo lindo, sino algo aberrante. Vi cosas terribles de mi mamá y mi hermana”.

Salum sintió que “estaba viviendo una pesadilla”. “Las tareas sexuales eran perversas; niños que eran obligados a tener sus primeras relaciones sexuales con sus madres. Cuando empecé a contradecirlos yo era el rebelde, el que estaba mal, el que estaba en contra de las leyes de la organización. El enfermo era yo y no ellos”.

Así, llegaron las reprimendas. Lo encerraban, lo golpeaban, le sacaban la ropa y la comida; lo esclavizaban. “Los castigos eran tan extremos que me obligaron a escapar. Era mi vida o mi vida. Por sobrevivir, hui y dejé a mi familia. Fue muy doloroso”.

En aquel momento, se refugió en su padre y denunciaron los hechos ante la Justicia. En 1993 se hizo cargo de la causa el juez Mariano Bergés. Entre otros delitos, se investigaba el lugar por supuesta reducción a la servidumbre, explotación de menores y mayores y estafas. Luego de allanamientos y de investigaciones, la causa fue pasando de manos y quedó cerrada por falta de mérito.

“Me encontré luchando solo contra algo que ni yo sabía bien lo que era. Hay que entender que los niños son las víctimas principales de esta problemática, ya que al captar a los adultos estos se vuelven victimarios de sus propios hijos”, afirmó Salum.

Ante esta situación, el fundador de Red LibreMentes declaró que “lo importante es que el Estado la reconozca, que se apruebe la Ley Antisectas y que se creen campañas de prevención y concientización”.

“La operatoria de estas organizaciones coercitivas es siempre similar, aunque con distintos camuflajes. La mayoría de las personas que son captadas necesitan una solución a sus problemas y ahí aparecen quienes ofrecen las soluciones mágicas a cuestiones que deberían resolverse de una manera más científica o precisa, y no a través de la magia o la manipulación psicológica”, explicó Salum a este multimedio.

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