Crisis en Perú: incluso sin partido, Pedro Castillo se resiste a caer

Después de la ruptura con su agrupación, la posición del presidente peruano se ha debilitado y afronta distintas amenazas que ponen en riesgo la continuidad de su mandato. Entre ellos, un pedido de destitución.

De acuerdo al consenso de diversos analistas, los malos momentos vividos esta semana por el presidente de Perú, Pedro Castillo, quien rompió con su partido, perdió a otro ministro y quedó cerca de una acusación constitucional en el Congreso, no necesariamente cierran su ciclo, pero sí lo dejan más debilitado. “No veo la destitución en un panorama próximo”, dijo el politólogo Roger Santa Cruz, aunque advirtió que en medio de la incertidumbre tampoco se puede descartar una futura caída de Castillo mucho antes de que termine su período en 2026.

En todo caso, la ventaja para el mandatario radica en que el que fue su partido, Perú Libre (PL), advirtió que, a pesar de la ruptura, no se sumará a la “ofensiva golpista”, en referencia a las acciones impulsadas por tres partidos de derecha “dura”. En teoría, si las cuatro facciones en que se divide ahora lo que fue la bancada de PL se mantienen unidas para evitar la destitución, lograrán impedir, junto con la agrupación aliada Cambio Democrático y algunos otros congresistas, que la contraparte alcance los 87 votos (de 130) que se necesitan para vacar (destituir) a Castillo en el Congreso.

“No creo que PL apoye la vacancia, porque preferirá conservar una porción de poder a perderlo todo”, afirmó Santa Cruz. De la misma manera se pronunciaron otros analistas que consideran improbable que el partido termine como furgón de cola de las fuerzas opositoras más radicales. Sin embargo, hay quienes dudan: el reconocido periodista César Hildebrandt, por ejemplo, asegura tener información de que el jefe del otrora partido de Castillo, Vladimir Cerrón, tiene un acuerdo con la vicepresidenta Dina Boluarte para que ella asuma el gobierno tras una hipotética destitución.

Boluarte, ministra de Inclusión Social y quien también está en riesgo de ser sacada por el Congreso, fue expulsada meses atrás de PL por criticar a Cerrón, pero Hildebrandt asegura que, según sus fuentes, las discrepancias fueron superadas. Mientras tanto, el fantasma de la acusación constitucional, que será solicitada al pleno del Congreso por la Comisión de Fiscalización, se convierte en otra espada amenazante para el mandatario, aunque tampoco eso implica una salida inmediata del poder.

La comisión, presidida por el representante de derecha Héctor Ventura, dice tener “elementos probatorios e indiciarios que acreditan las presuntas comisiones de delitos” por parte de Castillo, quien se expone a señalamientos por “organización criminal, negociación incompatible y aprovechamiento indebido del cargo”.

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