Detuvieron al “Chapo de Asia” en un aeropuerto

Con un operativo en Ámsterdam, la Policía de los Países Bajos arrestó a Tse Chi Lop, uno de los narcotraficantes más buscados del planeta.

Durante un operativo en el aeropuerto Schiphol de Ámsterdam, la Policía de los Países Bajos arrestó a uno de los criminales más buscados del planeta. Se trata de Tse Chi Lop, también conocido como “El Chapo de Asia”: un hombre de 57 años, nacido en China y con pasaporte canadiense que, según las fuerzas de seguridad, es el presunto jefe de una de las bandas de narcotraficantes más grandes del mundo.

Tse Chi Lop se encontraba a punto de abordar un vuelo con destino a Canadá cuando la Policía lo detuvo con una orden australiana de arresto. Aunque los datos confirmados son escasos, se lo considera responsable de la introducción de drogas sintéticas en Asia desde centros de operaciones situados en Laos, Tailandia y Birmania.

Según una investigación de la agencia Reuters, su organización es un sindicato del crimen llamado The Company, una alianza de cinco grupos encargados de transportar toneladas de metanfetamina, heroína y ketamina a una docena de países entre Japón y Nueva Zelanda.

Según la propia Oficina de la ONU para la Droga y el Delito, el cártel dominado por Tse Chi Lop camuflaba las drogas en paquetes de té y se llevaba entre el 40% y el 70% de la venta regional del mercado de la metanfetamina. The Company, esta organización criminal disciplinada, menos propensa a la violencia interna y “más sofisticada que los cárteles latinoamericanos”, manejaría unos 70.000 millones de dólares.
Nacido en la provincia china de Guandong, Tse Chi Lop formó parte originalmente de un grupo delictivo en su país natal. Más tarde se trasladó a Hong Kong y, para 1990, ya ascendía en la red jerárquica del tráfico de heroína mientras viajaba por Estados Unidos, Macao y el sureste de Asia. Ocho años después fue declarado culpable de conspiración para importar la droga al país norteamericano. El delito puede ser penado con cadena perpetua, pero, a través de una estrategia legal, Tse Chi Lop logró ser sentenciado a nueve años de cárcel. Una vez en libertad, cruzó la frontera hacia Canadá y comenzó a montar su imperio.

Nadie parecía sospechar demasiado de este hombre reformado y de aspecto corriente que, sin embargo, gastaba una fortuna en su protección personal, al menos ocho especialistas en kick boxing.

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