"La aventura soberanista está condenada al fracaso", dijo Rajoy en un acto en Cataluña
Por su parte, Mas defendió en otro acto en Barcelona la “viabilidad económica y social” de una Cataluña independiente, y dijo que los mensajes del derechista Partido Popular (PP) de Rajoy “son espejos de sus propios miedos".
En su segundo acto electoral en menos de 24 horas en Cataluña, Rajoy elevó el tono contra el presidente catalán y candidato a la reelección, Artur Mas, al que acusó de “querer dividir”, “inventar agravios” y “crear nuevas barreras en Europa”.
“No le hagan caso a esos que dicen que hay desafección, lo dicen quienes no tienen agallas para afrontar los tiempos de crisis”, afirmó Rajoy en referencia al presidente catalán, al que acusó de buscarse un "enemigo exterior" ante sus propios errores y fracasos.
Desde la ciudad de Tarragona y ante unos mil simpatizantes del derechista Partido Popular (PP), el jefe del Ejecutivo español avisó que la "aventura” soberanista, la “huida hacia delante” de Mas “tratando de llevar consigo a toda la sociedad catalana", está "condenada al fracaso".
En un discurso muy duro, Rajoy censuró el proyecto del candidato de Convergencia i Unió (CiU) porque quiere “llevar a Cataluña a un viraje temerario que traerá parálisis, inestabilidad e incertidumbre”.
“Cataluña está dentro de Europa y sus intereses se defienden desde dentro de España y Europa, no desde un limbo", subrayó.
"Lo que nos une no lo pueden separar algunos por sus prejuicios ideológicos", añadió Rajoy, quien al inicio de su intervención fue interrumpido por una docena de activistas que corearon “no es una crisis, es una estafa”.
Rajoy insistió en que “la Unión Europea se hizo a sí misma a partir de la unión, derribando muros” y por eso, “quienes quieren levantar nuevos muros van en contra de la historia” y lanzan “un torpedo en la línea de flotación de un proyecto europeo”.
El presidente del gobierno está muy comprometido con la campaña electoral en Cataluña, donde el PP se presenta como la “única garantía” ante la deriva soberanista de Mas, quien se propone liderar la secesión de la comunidad nororiental respecto de España.
Rajoy estuvo anoche en un acto partidario en Lleida, y el de Tarragona es el segundo de los cuatro en los que tiene previsto participar de cara a los comicios regionales del 25 de noviembre.
Los sondeos coinciden en que la candidatura soberanista de Mas conseguirá una mayoría, aunque discrepan en si será absoluta a no.
Tanto CiU como el PP apuestan porque la campaña gire en torno al debate soberanista, ya que la polarización beneficia a ambos partidos, al punto de que la última encuesta electoral del CEO –un ente público catalán- sitúa al partido de Rajoy, que lleva a Alicia Camacho como candidata, como segunda fuerza política en el parlamento regional, por delante de los socialistas.
En el marco de esa lógica, Camacho acusó a Mas de “haber perdido el sentido de realidad” y de “fomentar la “hispanofobia”.
El gobierno español en su conjunto está movilizado por las elecciones catalanas, no sólo Rajoy sino sus ministros y “barones territoriales” desembarcarán en Cataluña en las próximas dos semanas para mantener la tensión en la campaña electoral.
Ya antes de que comenzara la campaña el viernes, desde el Ejecutivo español y el catalán se divulgaron informes contradictorios sobre las consecuencias económicas de una eventual secesión de Cataluña.
Mas insistió hoy en que un Estado catalán es “viable” a nivel económico y social y que incluso “las pensiones estarían mejor garantizadas que en la actualidad”.
Un informe del Ejecutivo español asegura que Cataluña tendrían pérdidas comerciales superiores a los 35.000 millones de euros, algo que el gobierno de Mas rechaza.
La campaña electoral catalana apela a mensajes en clave “patriótica” y “sentimental”.
Artur Mas se erige como el líder que dirige a las masas hacia la “libertad” y se presenta rodeado de banderas independentistas alzando los brazos como Moisés y bajo el lema “la voluntad de un pueblo”.
En el otro extremo, la campaña del PP agita el fantasma de una Cataluña radicalizada y excluyente, recurriendo a escenarios hipotéticos pero que ocurrieron en el pasado cuando los nacionalismos étnicos tomaron el poder.
Ayer, el partido de Rajoy lanzó un video que retrata el hipotético escenario del día después de los comicios en los que un ciudadano se ve obligado a cambiar su apellido “español” para “catalanizarlo” con el lema “¿Pesadillas? El próximo día 25 acaba con ellas. Vota PP”.