La ONU pide ayuda para los sirios

“Las familias en Siria siguen sin respiro”, dijo el secretario general adjunto Mark Lowcock.

Ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, el secretario general adjunto Mark Lowcock emitió un mensaje de sabor agridulce. Por un lado, agradeció la ayuda que los donantes han proporcionado para aliviar las condiciones del pueblo sirio desplazado y castigado por una guerra de más de una década. Lowcock lamentó, sin embargo, que la financiación actual solo permitirá que la ONU pueda ayudar a 2,3 millones de personas de los más de tres millones que requieren de asistencia.

Lowcock, secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, pidió aumentar las donaciones para ayudar a la población siria que padece los efectos de la guerra, la pandemia por Covid-19 y una profunda crisis económica. “Las familias en Siria siguen sin respiro después de casi una década de conflicto que ha dejado a 400.000 muertos, millones de personas desplazadas, empobrecidas, traumatizadas y sufriendo una profunda pérdida personal”, alertó el funcionario.

Desde que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) comenzó a analizar los precios en 2013, el costo de una canasta básica “es más alto que en cualquier otro momento”. Las cifras son alarmantes. Más del 80 % de las familias desplazadas no cubre sus necesidades básicas, el 37% de las madres desplazadas están desnutridas y, según Lowcock, el retraso en el crecimiento infantil “ha aumentado cinco puntos porcentuales”.
Durante sus declaraciones, Lowcock hizo especial énfasis en los registros y las consecuencias de la pandemia de coronavirus para la población siria dentro y fuera del territorio. Con una gran restricción para los testeos, el alcance de la enfermedad es prácticamente imposible de evaluar en Siria. “Las camas hospitalarias están en su capacidad plena en varias provincias y los casos en escuelas se han triplicado en noviembre”, apuntó el secretario. “El coronavirus y la pobreza creciente han sacado de la escuela a dos tercios. Más allá del impacto sanitario inmediato, estamos extremadamente preocupados acerca de los efectos secundarios de la pandemia”.

Geir Pedersen, el enviado especial de Naciones Unidas para Siria, explicó que tras una década de guerra el proceso político “no ha funcionado para el pueblo sirio, que continúa sufriendo profundamente tanto dentro como fuera del país”. Luego añadió: “Solo una solución política puede poner fin a este sufrimiento y prevenir la reanudación del conflicto y la inestabilidad, protegiendo a los civiles de Siria y la región de un peligro mayor”.

Noticias Relacionadas