La violencia narco cada vez más intensa en Ecuador

Los asesinatos políticos como el del candidato presidencial Fernando Villavicencio se volvieron comunes.

Durante los últimos cinco años Ecuador padeció un auge del narcotráfico con efectos múltiples: se quintuplicaron los homicidios, las cárceles se volvieron escenario de la guerra entre pandillas, los asesinatos políticos como el del candidato presidencial Fernando Villavicencio se volvieron comunes y decenas de jueces y oficiales militares y policiales han sido acusados de colaborar con el crimen.

El de Villavicencio fue el último de una serie de ataques contra políticos que empezaron en 2020 con el asesinato de Patricio Mendoza, candidato para las legislativas del año siguiente.

En un 2023 más cruento, en mayo atacaron a Luis Chonillo, alcalde de Durán, y el 23 de julio a Agustín Intriago, alcalde de Manta, el político mejor valorado y con una proyección política a futuro. Tenía 38 años y recibió seis disparos mientras visitaba obras de alcantarillado en un barrio.

Además, en algunas ciudades y poblaciones se produjeron atentados con bombas contra establecimientos comerciales y vehículos particulares y de transporte público.

Las provincias occidentales de Esmeraldas, Guayaquil y Manta fueron los principales escenarios de la violencia de los últimos meses. ¿Por qué? Es que allí se hallan los principales puertos, unas infraestructuras muy codiciadas por los narcotraficantes.

Situaciones de violencia así se daban, en términos generales, en Colombia hace 35 años. Por eso muchos analistas se preguntan si Ecuador no se parece en realidad a la Colombia de los años 80.

En esa dirección, el asesinato de Villavicencio hizo recordar al de Luis Carlos Galán en 1989 en Colombia. El ecuatoriano asesinado esta semana no era el favorito para ganar el 20 de agosto mientras que el colombiano, en representación de uno de los partidos más grandes, el Partido Liberal, lideraba las encuestas. Pero ambos prometían acabar con la delincuencia narco.

Este año Ecuador desplazó a Colombia como el primer exportador de cocaína del mundo, según datos de la ONU, aunque Colombia sigue siendo el principal productor.

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