Lula defiende la reindustrialización y lanza un megaplan de infraestructura

El presidente brasileño presentó el Programa de Aceleración del Crecimiento, destinado para obras de infraestructura con una inversión pública y privada de 356.000 millones de dólares hasta 2026.

El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva criticó las “políticas obsesivas de austeridad” y defendió la reindustrialización del país y la distribución del ingreso, al presentar el Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), un gran plan para obras de infraestructura con una inversión pública y privada de 356.000 millones de dólares hasta 2026, con el que se espera generar cuatro millones de empleos.

“Acá empieza mi gobierno. Hasta ahora restablecimos más de 40 políticas públicas para mejorar la calidad de vida de la gente, pero ahora lo que está en el papel hay que ejecutarlo”, dijo Lula en una ceremonia que duró cuatro horas en el Teatro Municipal de Río de Janeiro, en la cual se lanzó el Nuevo PAC, el programa que marcó su gobierno anterior (2003-2010) y el de Dilma Rousseff (2011-2016) como motor de la actividad económica.

El PAC también tendrá incentivos para que la reindustrialización de Brasil tenga en cuenta la transición energética verde, una de las principales banderas del tercer mandato de Lula. En el evento, estuvo presente la expresidenta Rousseff, creadora del superplan de infraestructura y actualmente titular del Nuevo Banco de Desarrollo, el banco de los Brics.

Rousseff fue jefa de gabinete de Lula y su perfil industrialista logró en 2007 darles resultados de alto crecimiento a los primeros gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT).

En ese marco, el presidente alertó que de nada sirve el crecimiento económico si no es repartido entre la población, citando el período entre 1969 y 1973, conocido como el “milagro económico brasileño” y llevado a cabo por el ala desarrollista de la dictadura militar, con avances anuales promedio del Producto Interno Bruto (PIB) del 11%.

“De nada sirve tener un milagro económico brasileño, cuando se crecía al 14% por año, con la población viviendo en la miseria, sin oportunidades. Todo esto es bueno si se mejora la vida de la población, sobre todo la más pobre”, aseguró Lula.

En ese marco, advirtió que no permitirá que asuntos de política monetaria o problemas de gestión y la falta de recursos interrumpan las obras en curso. Más de 2.100 obras en el sistema educativo del país están paradas desde la destitución de Rousseff en 2016 e incluso hay obras del PAC de ese año que están detenidas.

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