Misterioso derrame químico en Ohio pone en vilo a la población estadounidense
Un tren con peligrosos productos descarriló y explotó liberando sustancias cancerígenas al ambiente, pero la prensa no lo cubre y la información es escasa.
El pasado viernes 3 de febrero un tren que transportaba sustancias químicas descarriló y explotó cerca del límite entre Ohio y Pensilvania, Estados unidos. La prensa de ese país poco hizo para cubrir el echo, incluso un periodista fue arrestado al intentar narrar la situación in situs. La amenaza de una catástrofe ambiental ha causado que se hable de un nuevo "Chernóbil".
El tren pertenece a Norfolk Southern, uno de los grandes operadores ferroviarios estadounidenses. La mitad de sus casi 100 vagones quedaron destrozados liberando diferentes químicos al ambiente, uno de ellos cloruro de vinilo, altamente cancerígeno, inflamable y utilizado para la fabricación del PVC. La situación se complicó por el incendio que se creó.
Lo sucedido no tuvo mayor relevancia hasta el 8 de febrero, cinco días después del descarrilamiento. Esa fecha el periodista Evan Lambert fue detenido mientras investigaba el alcance del derrame químico.
Incluso se tardó en evacuar a la población del pueblo cercano al accidente, East Palestine. Las personas de allí esperaron dos días hasta que se el gobierno los ayudó a retirarse de la zona. La prensa habló de "una maza destrozada y carbonizada de vagones en llamas", pero las fotos de los pobladores del lugar son más alarmantes que esa descripción.
El gobernador de Ohio, Mike DeWine, afirmó en Twitter que existía la posibilidad de una explosión que podría lanzar metralla mortal en un radio de una milla (1,6 kilómetros). Todo esto mientras las llamas se acercaban peligrosamente al cloruro de vinilo.
Este producto tan dañino no podía ser sacado de allí, por lo que las autoridades decidieron quemarlo de forma controlada antes de que el fuego lleguen a él. Pero con este acto se creó una gran nube de humo toxico que generaría lluvias ácidas en los alrededores.
Además, mientras se intentaba controlar el incendio, muchas otras sustancias nocivas fueron vertidas a drede a las redes fluviales. La Agencia de Protección Ambiental (EPA) afirmó que el agua del lugar continúa siendo potable, a pesar de los registros civiles de peces y ganado muerto.
La noticia no cobró relevancia en Estados Unidos porque, a dos días del incidente, la National Transportation Safety Board identificó un problema mecánico como el responsable del accidente, y la EPA declaró que el daño ambiental fue limitado. La historia del "Chernóbil químico" se acalló dando lugar a la intriga de si Norfolk Southern había hecho lobby para retirar los mecanismos que hubieran impedido el desastre.