Roma acoge al primer restaurante para caninos en Italia

El menú para perros, supervisado por un veterinario, ofrece una variedad de opciones que van desde primeros platos hasta postres.

Ubicado en el norte de Roma y con el nombre “Olerel”, cuenta con dos cocinas independientes: una dedicada a los dueños y clientes sin perros, y otra exclusiva para preparar deliciosos platillos destinados a los comensales caninos.

El menú para perros, supervisado por un veterinario, ofrece una variedad de opciones que van desde primeros platos hasta postres, e incluso bebidas a base de frutas especialmente diseñadas para los clientes peludos.

Lo distintivo de Olerel va más allá de la oferta gastronómica. El establecimiento cuenta con un entrenador profesional, Luca Grammatico, encargado de ­organizar la disposición de los perros en función de su tamaño, sexo y temperamento para asegurar una convivencia armoniosa. La sala del restaurante está dividida en zonas separadas por paneles de latón, con mesas para los dueños y cómodas camas para los caninos, que también pueden disfrutar de una amplia zona exterior.

La cocina para perros es totalmente visible, eliminando cualquier riesgo de malentendidos entre las mesas. Mario Turano, uno de los propietarios, explica que el entrenador se encarga de guiar a los perros a las mesas más adecuadas, considerando la separación entre tamaños pequeños y grandes, machos y hembras, así como las características de las distintas razas.

La atención al detalle también se extiende a la iluminación y la música del lugar, diseñadas específicamente para no perturbar a los huéspedes de cuatro patas y asegurar una experiencia relajante y cómoda.

El menú para perros, bautizado como “Fiuto”, ofrece una amplia variedad de opciones, desde bowls a base de arroz y carne hasta alternativas vegetarianas. Los tazones están disponibles en cuatro tamaños diferentes, con precios que oscilan entre 8 y 20 euros, según el tamaño del perro.

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