Buenos Aires, la provincia más discriminada en el reparto de fondos nacionales

Mientras financia a la Nación y sostiene su recaudación propia, la provincia de Buenos Aires sigue siendo la más perjudicada en la asignación de recursos nacionales.

La provincia de Buenos Aires continúa siendo la jurisdicción más perjudicada en la distribución de recursos nacionales. Según los datos difundidos por el ministro de Economía bonaerense, Pablo López, en el primer trimestre de 2025 la Provincia quedó en el último puesto del ranking de fondos recibidos por habitante: apenas 165.000 en pesos constantes de marzo, menos del 40% del promedio provincial y por debajo incluso de CABA, un distrito de alta capacidad recaudatoria propia.

“El recorte de recursos a la Provincia no solo se sostiene, sino que se profundiza”, advirtió López. En 2024, Buenos Aires había perdido alrededor de $4,5 billones por caída de transferencias nacionales. Solo en los primeros tres meses de este año, la pérdida acumulada fue de otros $500.000 millones.

Según los datos oficiales, las transferencias no automáticas a la Provincia se redujeron un 92% en 2024, una poda de $2,7 billones, mientras que los recursos automáticos registraron también una baja en términos reales. “La PBA se ve fuertemente afectada por la merma recaudatoria que induce la recesión y por la eliminación de transferencias nacionales obligatorias”, sostuvo el funcionario.

El ministro también remarcó que, pese a aportar más que cualquier otra provincia al financiamiento nacional, Buenos Aires recibe menos que todas. “Mientras que la PBA es la mayor aportante neta y financia a la Nación, es la que menos recursos recibe en la reasignación posterior. Frente a grandes inequidades, en la Provincia seguimos apostando por la inversión pública y un Estado protector”, afirmó.

Los números muestran además cómo provincias de menor población y recursos propios reciben entre $500.000 y $800.000 por habitante, quintuplicando los fondos asignados a Buenos Aires. La situación, según el ministro, compromete la capacidad de respuesta de la Provincia para atender la demanda social y sostener las inversiones en obra pública, salud y seguridad.

Por último, López subrayó que el destrato financiero no solo impacta en la gestión provincial, sino que pone en riesgo el funcionamiento de los municipios. “Cada peso que la Nación retacea repercute directamente en los intendentes, que ven recortadas las partidas para cubrir servicios básicos”, afirmó.

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