Cordial encuentro entre Garro y Escudero en San Cayetano

Se dio en el contexto de las celebraciones en la esquina de la parroquia de 44 y 29. Los dos precandidatos dejaron un mensaje de armonía y sana competencia y ayudaron a un hombre que estaba cuidando autos en la zona.

Anochecer con frío en La Plata. Todavía estamos en pleno invierno y agosto no perdona.

Por momentos el viento supera las fronteras de la robusta campera verde que describe la humanidad de Guillermo Escudero, parado, erguido y firme en la esquina de 29 y 44.

Los creyentes y devotos de San Cayetano van y vienen. En La Plata nunca se pierde la fe.

De repente, en el horizonte, aparece un reconocido funcionario de la Municipalidad: “¡Chuby!”, grita Escudero en alusión a Marcelo Leguizamón, quien se acercaba a la iglesia en el mismo momento para sumarse a los festejos.

A pocos metros de este lugar la misa estaba por empezar. Pero antes, el destino iba a dejar una imagen de cordialidad y esperanza de dos referentes del arco político platense en la recta final de la campaña.

“¡Mirá quién viene ahí!”, le señaló con el dedo índice derecho el Chuby Leguizamón a un periodista inquieto y curioso que no quiso perder la chance de retratar el encuentro.

Con las manos en los bolsillos de un pantalón azul oscuro y una campera al tono, casi pasando desapercibido entre los vecinos, el intendente Garro encaraba por la vereda de 44 para cruzar la esquina de 29.

“¿Cómo andan? ¿Bien?”, preguntó el jefe comunal rompiendo el hielo con su inconfundible voz y mirando a los ojos a quien será uno de sus contrincantes en la contienda política.

Así se generó el espontáneo encuentro entre Guillermo Escudero, precandidato a intendente de Unión por la Patria, y el actual jefe comunal de la ciudad.

Antes de este cordial y espontáneo saludo en el medio de la calle, ambos candidatos habían cruzado algunas chicanas sobre el pasado y el presente de la ciudad. Pero

San Cayetano lo hizo: pan, trabajo y sobre todo paz para el futuro de la ciudad.

Con la iglesia de fondo, los vecinos como testigos y un solo medio presente en el lugar, el intendente y el precandidato de la Lista 6 se terminaron deseando buenos augurios y bajaron un mensaje de cordialidad en la competencia electoral.

Todo terminó después de algunos minutos, cuando ambos atendieron el pedido de un hombre de menos de 40 años que estaba pidiendo dinero para cuidar los autos que habían estacionado sobre la calle 29.

Una señal de evolución y ­tranquilidad antes de las elecciones PASO con más competidores de la historia en La Plata y que en la ­previa anticipa una definición voto a voto en las internas de cada ­partido.

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