Daniel Scioli con su rol “componedor” se posiciona como precandidato presidencial

En noviembre del año pasado, con todavía a flor de piel la derrota electoral en las legislativas consumada, el Presidente Alberto Fernández blanqueó durante un ­discurso en la Plaza de Mayo que aspira a que, en 2023, todas las candidaturas del Frente de Todos se definan en unas elecciones internas.

De hecho, si bien planteó que la posibilidad de su propia reelección iba implícita en esa competencia, el resquebrajamiento de la alianza del Frente de Todos unos meses después, fruto del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, agudizó las diferencias, incluida la salida de Máximo Kirchner de la presidencia del bloque oficialista en Diputados.

En medio de esto, el nombre que vuelve a sonar como precandidato es el actual embajador en Brasil, Daniel Scioli.

El propio Scioli consideró “surrealista” y alejado hablar de una candidatura suya en cuanta entrevista concediera, siendo además uno de los dirigentes “leales” al Presidente Fernández: “Es mi hermano, mi alter ego, hablar con él es hablar conmigo; ­confíen en él, tiene la misma mirada que tengo yo”, dijo el exgobernador bonaerense durante un acto en Misiones en mayo del año pasado.

Sin embargo, la exposición que le dio el cargo en Brasilia lo reposicionó políticamente después de la derrota que sufrió en 2015 a manos de Mauricio Macri.

La recomposición de una relación ­compleja como la de Argentina con su principal socio comercial como es Brasil y la cintura para justamente mediar nada más y nada menos que con la política de Bolsonaro –sin ir más lejos, uno de los últimos logros tuvo que ver con el acuerdo que garantizó la ­provisión de gas proveniente del país vecino para los meses de invierno– lo convierten nuevamente en precandidato presidencial, por más que se encargue de negarlo ­públicamente.