De Vido y los millonarios negociados nucleares

no de los peores legados del kirchnerismo al Gobierno de Mauricio Macri, fue sin dudas el desastre energético, dejando un sistema al borde del colapso. El responsable directo de esta situación tiene nombre y apellido, y se trata del exministro de Planificación Federal, Julio de Vido, ejecutor clave de una política ligada a la corrupción y los negociados espurios.

Donde se pudo ver con mayor claridad el accionar oscuro del ahora diputado nacional por el Frente para la Victoria, es en el manejo que realizó de Nucleoeléctrica Argentina SA, la empresa estatal que opera las tres centrales nucleares de la Argentina: Atucha I, Atucha II y Embalse.

Desde ese lugar, De Vido efectuó una serie de desaguisados que incluyeron el manejo de los dineros públicos. Algunas de las cuestiones que las nuevas autoridades de Cambiemos encontraron en la firma pública, fue una deuda que superaba largamente los mil millones de pesos, la mayor parte de ella con los proveedores a los que se les debía casi un año de facturas, cuando solo en 2015 el presupuesto nacional le otorgó a Nucleoeléctrica casi cinco mil millones de pesos.

A esto se le sumó el uso discrecional de los fondos enviados por la Nación a la empresa. Una de las acciones habituales realizadas por el exfuncionario K y sus colaboradores fue el empleo sin control oficial alguno de la caja chica de la compañía para gastos cotidianos sin dar a cambio ninguna clase de comprobantes. De esta manera se pudo determinar que se birlaron de las arcas del Estado más de cien millones de pesos, lo que convierte al hecho en un desfalco monumental.

Abusos al por mayor

Todo el dislate desarrollado por De Vido pudo observarse en el Programa de extensión de Vida de Embalse, donde la imprevisión fue tan grande, que el Ejecutivo tuvo que dotar una asignación de recursos extra de 150 millones de dólares para realizarla, y a pesar de eso se alquilaron a precios millonarios herramientas y maquinarias que nunca se utilizaron, causándole graves costos al Estado nacional.

El uso de las centrales con fines meramente políticos, fue otra de las características que se vivió dentro de las centrales nucleares, donde el 75% del personal que reportaba funciones en las mismas no tenía una tarea específica, así como también el 40% de los contratados no estaba preparado ni tenía la capacitación suficiente para ocupar las labores que ocupaban.

Contrataciones directas y sin licitación pública como exige la ley estuvieron a la orden del día beneficiando con onerosos contratos a los empresarios amigos que hicieron grandes negocios con la obra pública a lo largo de la década K, así como también la adquisición de una costosa flota de autos de alta gama para el uso de los directivos de la empresa, que no fueron encontrados en su lugar de trabajo por las autoridades de Cambiemos. 

Como puede observarse en base a los datos anteriores, un accionar por demás turbio fue el que llevó adelante De Vido en el manejo energético, que le costó al Estado cientos de millones de pesos, y que sirvió para enriquecer a unos pocos amigos del poder en perjuicio de la sociedad argentina que continúa sufriendo un sistema a punto de colapsar.

El libro de la discordia

Entre los millonarios gastos efectuados por Nucleoeléctrica Argentina, hay uno que resalta por lo absurdo y por la muestra cabal de lo que significó el kirchnerismo en el poder, como lo fue el pago de casi dos millones de pesos para la compra de 10.000 ejemplares del libro escrito por Julio de Vido: “Néstor y Cristina Kirchner: planificación y federalismo en acción” (foto). 

El dislate cometido por la empresa estatal representó uno más de los tantos papelones y sombríos manejos realizados por el funcionario en el poder, que no dudó un minuto en autorizar a una empresa que estaba bajo su control a realizar una millonaria erogación para la adquisición de un material donde el único beneficiado era su propia persona.

A lo largo de las más de 800 páginas del texto escrito por el exfuncionario K, se puede ver una extensa alabanza a las figuras de los expresidentes, así como también un relato plagado de falsedades sobre las obras realizadas por el kirchnerismo en materia energética, que la realidad se encargó de comprobar que jamás se realizaron.

Los números negros del manejo atómico K

- $ 1000 millones de deuda dejó De Vido en Nucleoeléctrica Argentina

- $ 100 millones sacados de la caja chica de la empresa para gastos sin comprobantes

- $ 2 millones gastó De Vido en la impresión de un libro a favor de los K

- 75% de los empleados no tenía ninguna clase de labores específicas

- 70% es el promedio de los sobreprecios pagados en las obras encaradas

- 40% del personal sin las capacidades necesarias para los trabajos

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