El FMI presiona a Milei por reformas cambiarias, tributarias y jubilatorias

Mientras el organismo elogia el tremendo ajuste realizado, insiste en eliminar el cepo al dólar, unificar el tipo de cambio y avanzar con cambios estructurales que incluyen la reducción de subsidios y una reforma previsional.

Como en todos los gobiernos de derecha, el Fondo Monetario Internacional (FMI) le marca la agenda económica de la Argentina, reclamando medidas que incluyen la eliminación del cepo cambiario y la unificación del tipo de cambio en $1.300 por dólar. Esta última propuesta, que implicaría una devaluación cercana al 20%, genera tensiones en el gobierno de Javier Milei, preocupado por el impacto inflacionario que podría acarrear. Según los técnicos del organismo, el traslado a precios sería mínimo, pero economistas locales y el propio presidente mantienen reservas ante una posible espiral inflacionaria.

A pesar de los elogios de la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, quien calificó al programa de ajuste fiscal de Milei como "uno de los casos más impresionantes de la historia reciente", las negociaciones con el organismo revelan tensiones. El FMI destacó el equilibrio fiscal alcanzado en el primer año de gestión, pero advirtió que las reservas internacionales permanecen en niveles críticos, con un déficit de USD 11.000 millones.

Entre las demandas del Fondo también figuran una reforma jubilatoria que garantice la sostenibilidad del sistema, una reestructuración tributaria para mejorar la progresividad del impuesto a las ganancias, y la reducción de subsidios a la energía y el transporte. Según el organismo, estas medidas son necesarias para garantizar la sostenibilidad de la deuda externa y la acumulación de reservas en el Banco Central.

La postura del FMI encuentra apoyo en exfuncionarios como Domingo Cavallo y Nicolás Dujovne, quienes sostienen que una corrección cambiaria no generaría descontrol inflacionario debido al equilibrio fiscal actual.

El escenario se complica por la caída reciente de las reservas en USD 2.000 millones, mientras el Banco Central debió recurrir a un préstamo de USD 1.000 millones para afrontar pagos. En este contexto, el FMI presiona por una mayor flexibilidad cambiaria y tasas de interés reales positivas para fortalecer la economía y atraer inversiones en pesos.

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