La actividad económica registró otra caída en septiembre

Mientras algunos sectores como la minería y la agricultura mostraron cifras positivas, actividades clave como la construcción y el comercio profundizaron su caída, reflejando la fragilidad del escenario económico.

La economía argentina continúa mostrando signos de estancamiento, agravados por la falta de medidas efectivas para revertir la crisis económica derivada de la gestión libertaria. En septiembre, solo cuatro sectores productivos lograron crecer en términos interanuales. Entre ellos, la explotación de minas y canteras encabezó los avances con un aumento del 7,6%, seguida por la agricultura, ganadería, caza y silvicultura, que registró un alza del 3,1%. Sin embargo, estos incrementos resultaron insuficientes para compensar las fuertes caídas en áreas clave de la economía.

Entre los sectores más afectados, la pesca sufrió un desplome del 25,2%, mientras que la construcción retrocedió un 16,6%. El comercio mayorista, minorista y reparaciones también registró una contracción significativa del 8,3%, reflejo de la pérdida de poder adquisitivo y la debilidad del consumo interno. Estas actividades restaron, en conjunto, 2,7 puntos porcentuales al Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE).

Otras áreas como hoteles y restaurantes (-5,9%), industria manufacturera (-6,2%) y electricidad, gas y agua (-4,2%) profundizaron la tendencia negativa. Por el contrario, sectores como la enseñanza (+0,4%) y la intermediación financiera (+2,5%) lograron pequeñas contribuciones positivas al índice general.

En el acumulado de los primeros nueve meses de 2024, la actividad económica muestra una caída del 3,1% respecto al mismo período del año anterior. Este escenario refleja una economía debilitada por la recesión, donde la falta de políticas que promuevan una recuperación sostenida dificulta la mejora en ingresos, empleo y consumo.

Sectores estratégicos como la construcción y la industria manufacturera enfrentan serias dificultades para revertir sus caídas, afectando directamente la inversión y el mercado laboral. A esto se suma un consumo interno golpeado por la inflación, lo que aleja aún más las posibilidades de una recuperación a corto plazo.

A casi un año de la asunción de Javier Milei, los resultados en materia de producción y empleo siguen siendo desalentadores. Con un Estado enfocado exclusivamente en las finanzas, la obra pública permanece paralizada y la sociedad enfrenta un escenario de creciente desprotección. Hoy en día más de la mitad de la población vive por debajo de la línea de pobreza, mientras la pérdida de poder adquisitivo agrava la situación. En este contexto, el panorama económico y social se presenta profundamente incierto.

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